08; «Drogas Y Mentiras»

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2 AM

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2 AM.

O aquella hora era la que marcaba el reloj de su buró, las lágrimas bajaban por sus mejillas hasta caer en las almohadas.

Quería llorar, quería sollozar, quería quejarse de lo injusto que era sentirse así, pero, el era el fuerte.

Pero, no podía.

Sentía que estaba condenado, que ya no tenía salida o escapatoria, y si, no la tenía.

Tal vez solo la muerte.

Tal vez solo la muerte era su escapatoria de aquel mundo.

Se sentó en su cama, tomando sus zapatos y colocándoselos, salió de la habitación no sin antes dejar una carta en la cama.

"Abril, Drako, lo siento. Siento abandonarlos, siento todo lo que hice pero yo solo quería su bien"

Subió a su motocicleta y empezó a manejar hacia el muelle, el viento chocaba en su cara.

"Este mundo es injusto, pero, yo decidí por mi mismo entrar en el. Desde hoy, Juan Guarnizo muere para dar inició al gran Señor G, el mafioso más grande"

El arma estaba en su chaqueta, el solo bajó de la moto y se acercó a los barandales.

" los quiere, Juan."

2 AM y solo podía llamar a una persona.

- Roberto, ven al muelle- le pidió por la llamada.

- voy- le dolía eso, le dolía que el lo siguiera sin cuestionar nada, ¿es que el solo veía por sus ojos? ¿Porque estaba a su lado siempre?

Algunos minutos pasaron, Roberto llegó y se acercó a el.

- ¿que pasa?- aún tenía su pijama puesta, su cara se veía somnolienta.

- Roberto- Juan se dió vuelta, viendolo.- ¿Porque me hiciste esto?- le pregunta, sacando el arma de su chaqueta.

- ¿Ah?... Juan... no tenía idea que esto llegaría tan l-

El disparó se escuchó por todo el lugar, un grito sordo salió de su boca y cayó de rodillas al suelo.

- te odio- le dijo- pero... tu vas a elegir estar a mi lado, ¿No?

- s-si... y-yo estaré contigo pase lo que pase...- murmura, el dolor empezaba a apoderarse de el.

- no te quiero a mi lado

- ¡No me importa! ¡y-yo estaré ahí! ¡No me importa a quien hayas asesinando, torturado o arruinado!- el sudor bajaba por su frente, estaba pálido.

Juan simplemente se fue sin decir una sola palabra.

El despertador sonó y rápidamente se sentó en la cama, respiraba agitado y estaba completamente sudado apesar de que el aire acondicionado estubiera encendido.

- mierda- susurrá, abriendo el cajón de su buró para sacar un tarro de pastillas y tomó un vaso de agua, metiendo varias pastillas a su boca para tragarlas con esta.

Llevó su mirada al despertador, 6 AM, debía empezar a trabajar ya.

Se levantó de la cama y entró al baño, nada fuera de lo normal, tomó una ducha, se lavó los dientes y se cambió a una ropa ligera; unos pantalones negros y un suéter blanco sin mangas.

Salió de su habitación, bajando las escaleras hasta llegar a la mesa, en ella ya se encontraban todos, el desayuno empezaba a ser servido por las dos mucamas.

Se sienta a la cabeza de la mesa, Abril y Roberto están a sus costados.

- buenos días- los saluda a todos.

- buenos días, señor- le responden al unisono.

- quiero que reúnan a todos los novatos, tendrán una prueba hoy- anuncia, dando el primer bocado a su desayuno.

- mi rey, ¿se podría saber de qué será la prueba?- Roberto inicia.

- lo normal, simulación de ataque imprevisto, tendrán que sacar sano y salvo el dinero del lugar- responde con tranquilidad.- oh, si, también llamen a dos de alto rango por si los novatos no sobreviven.- finaliza el tema, recibiendo asentimietos por parte de todos.

5 AM y el ya andaba merodeando por la mansión, hace rato que se había curado y desde entonces no había hablado con nadie de alto rango, solo con aquel doctor y sus dos amigos

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5 AM y el ya andaba merodeando por la mansión, hace rato que se había curado y desde entonces no había hablado con nadie de alto rango, solo con aquel doctor y sus dos amigos.

Chilló, pasándose por las puertas del lugar hasta llegar a la que se suponía que era la habitación de Juan.

Entró a la habitación con sumo cuidado, sin ser visto por ninguno de los guardias del pasillo, el castaño dormía en aquella inmensa cama de sábanas blancas, las almohadas estaban... ¿Mojadas?, se acercó más, viendo que lo que mojaba las almohadas eran lágrimas que salían silenciosamente de los ojos del mayor.

Si era sincero, jamás se había imaginado la escena de aquel hombre tan sádico llorando, y no iba a mentir, su corazón de ablando, pero después recordó todo lo que el le había hecho y pasó.

- maldito... sea por lo que estés llorando te lo mereces- susurró, abriendo los cajones de los burós a un lado de la cama encontrando un mismo resultado; ambos estaban jodidamente llenos de pastillas, bien ya sean pastillas de enfermedades, medicinas o drogas.

¿Drogas? ¿No que el señor G detesta las drogas?

- maldito informe, todo mal- suspira profundamente antes de salir de la habitación.

- maldito informe, todo mal- suspira profundamente antes de salir de la habitación

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Me descubrieron, el capítulo 00 tiene cosas que no son ciertas (🏃🏻‍♀️).

📍- Juan drogo 🤑🤑

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