— no la toques— me dice el, yo solo suspiré.— ¿O?
— no hay un "¿O?", simplemente NO la toques— el vuelve a llevar su mirada a los papeles.
Tomé la katana en mis manos y la desvaine, alcé y...
¡Zazzz!
La katana cortó.
¡Pam!
Su cabeza cayó al suelo, la sangre cayó en mi cara y salió disparada a las paredes, camufladose entre la pintura de tonos rojizos.
Oh-oh
un nuevo separador ha aparecido en esta historia.
│
❝ ♬ ❞