Uno, uno, tres, dos, cinco, cinco.
¿Que hago? Bueno, intento que esta puta caja fuerte de abra y revele todo el dinero.
Maldito Iván, después de decirme que si perdía un solo dólar me cortaría la cabeza está ahí, diciéndome que envié todo el dinero a una dirección. ¿Intenté preguntar para que era? Claro que lo hice, más el nunca me respondió.
«No seas metiche, adiós, cuídate, te quiero.»
«Te odio.»
«Hoy a las cinco de la tarde, perezoso”
Mataré a alguien hoy, sin duda.
Ve con ellos, sabes que algo va a pasar.No, dejalos, ellos se saben cuidar, no son niños pequeños para necesitar mi protección.
Son tus hermanos.
Ellos saben en lo que están metidos desde que decidieron seguirme como estúpidos, ellos saben que están cavando sus propias tumbas siguiendo a mi lado.
¿No te decepciona?
¿El que?
Tú fuiste quien los crío, tu les diste ejemplo, tú los llevarás a la muerte.
Ellos me insistieron.
¿Ahora tu eres el frío? ¡Pensé que era yo quien quería matarlo!
Tú los aprecias más que yo.
Por mi, que se mueran.
Sabes que a mí no me puedes mentir, soy tú, siento tu corazón, siento tus emociones y lo desesperado que te encuentras en este momento. ¡Hazle caso a tu puto instinto!
Suspiré.
Si, si quiero ir tras ellos y pararlos, decirles que, por esta vez, no vayan a esa misión sabiendo que fui yo quien los envié.