hmm..
- ¿Qué?
- nada, nada.. pero... deberíamos besarnos o algo así- sugerí.
- ni de chiste..- el hizo una mueca de desagrado, yo reí.
- ándale- alcé mis cejas una y otra ves mientras me acercaba a el.
- no, quítate boludo- sonreí.
- ándale- mi cara estaba cerca de la suya, sentía su respiración en mi cara y el resopló.
- n- - pero lo interrumpí y lo besé.
Dulce, envolvente y confuso.
Un beso, que no sabía que necesitaba hasta que lo hice.
Simplemente me dejé llevar, y pronto su lengua se abrió paso en mi cavidad bucal. Experto, a eso sonaban sus besos.
Mientras que yo... bueno, yo soy demasiado inexperto.
Sus labios sabor amargo se mezclan con el dulce de los míos, que mala y adictiva combinación... ¿No es así?
Cómo en todos los casos una cosa llevo a la otra, entre besos y jadeos pasamos la maldita tarde, oh, adivinen a quien es el dominante. Obvio yo.
- auch...- se quejó el de ojos negros, colocando su mano en su pecho.- ¿Que pasó?- le pregunta la otra fémina.
- no sé, de repente me dió una punzada en el corazón
- tienes taquicardia wey, chécate no vaya a ser que te nos mueras- ella lo miro asustada y puso una de sus manos en su frente- no jodas Beto, estás ardiendo en fiebre- dijo asustada.
- no es cierto- susurró Roberto.
- aver, déjame ver- Abril repitió la acción de su pareja y hizo una mueca- si es cierto, estás ardiendo en fiebre, ora, ve a buscar al doc Sam- le pidió a su pareja quien rápidamente se levantó y corrió en busca del médico.