Capítulo 21 ♡

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Este capítulo contiene escenas de violencia intrafamiliar y abuso, si no te sientes cómoda lo puedes saltar. 

Damia

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Damia

Pasado

Siete años

Daba los últimos toques a mi dibujo, tarareaba una de las tantas canciones que cantaba en el jardín con los demás niños, no tenía amiguitos, no sabía porque nadie quería juntarse conmigo en el recreo ni en las clases, me sentaba hasta adelante por mis ojitos, no veía desde atrás.

Mi mami trabajaba todos los días y no la veía casi, siempre venia cuando estaba dormida y se iba cuando yo aún no me había levantado, pero sentía como me arropaba y besaba mi frente todas las noches, trabajaba mucho, según mi abuelita quería comprar una casa enorme para que viviéramos felices.

-Damia, ve a la habitación-ordeno mi abuelita nerviosa y sabia que era algo malo pasaba

-ya voy- empecé a meter todos mis libros y colores a mi bolsa, tomé a mi osito y empecé a subir torpemente las escaleras, pero se me cayó un color

-rayos-solté, pero me detuve al escuchar esa voz fea

Mi abuelo era alguien malo, lo sabia porque hacia llorar a mi abuela y a mi mami, los estruendosos gritos y golpes que escuchaba me hacían tener pesadillas casi todas las noches

Mire la oscuridad de la habitación abrazando mi osito, debajo de la cama, no sabia porque tenia que esconderme, yo quería estar con ellas abajo, nunca cenábamos juntas y mi abuelo no me quería, siempre me decía que me desapareciera.

Escuché pasos acercarse a la puerta y cerré mis ojos con mi cuerpo temblando.

-por favor, por favor que no venga- implore recordando la vez que jalo mis trencitas y tiro mi osito

-la cena esta servida-escuche a mi abuela desde afuera

-al fin haces algo bueno-dijo mi abuelo y escuche los pasos alejarse

-Damia-llamo mi abuela y asome mi cabeza fuera de la cama

-¿estas bien?-pregunte al verla con sus labios golpeados y ella afirmo sonriendo

-si mi niña, te traje la cena-susurro entregándome un sándwich y mi juguito favorito -no salgas hasta que yo golpee la puerta una vez, sabes que es nuestra señal-ordeno y afirme volviendo a mi escondite.

-señor oso, ya no quiero ver a mi abuela con golpes, ni a mi mami llorar todas las noches-susurre dándole una mordida a mi sándwich

Me había quedado dormida pero mi mami apareció tomándome entre sus brazos y acomodándome en la cama con mis cobijas

-mami-dije bajito y ella sonrió, se veía cansada

-hola mi bebé-dijo acariciando mi mejilla –¿te fue bien en la escuela? -pregunto y afirme abrazándome a ella y ocultando mi rostro en su pecho

Un detallito InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora