Capítulo 28 ♡

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Maratón 1/1

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Maratón 1/1

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Narra Damia

Mi cuerpo temblaba, cerraba mis ojos lo más fuerte que podía para poder escapar de este momento, en este frío rincón de la habitación de mi antigua casa, estaba sola, no tenía a nadie trataba de calmar mis respiraciones, pero era inevitable mi corazón latía tanto que mi pecho dolía. Rogaba a todos los cielos que no pusieran una mano sobre mí. Sentía como esa risa burlona se acercaba disfrutando verme temerosa.

-la pequeña Damia-soltó de sus sucios labios y mis lágrimas empezaron a caer por mis mejillas, deseaba escapar lejos. Deje de respirar al sentir como sus manos acariciaban mi cabello y bajaba lentamente por mi sien y mi mejilla, un nudo en mi garganta me impedía gritar y el miedo paralizo mi cuerpo entero -debes ser callada sino quieres que tu abuelo suba-amenazo tomando mi mentón y negué

-no...no me toque-solté con dificultad mi voz temblando y sonrió empezando a bajar su mano por mis muslos.

-¡No me toque!-grite levantándome de golpe, mi cuerpo temblaba mientras trataba de calmar mi respiración

-Damia-soltó Max examinándome con su mirada, sentí como el frío sudor bajaba por mi frente -¿estas bien?-pregunto acercándose con cuidado y lo mire reaccionando, había sido esa pesadilla de nuevo

-yo-solté con dificultad, mi garganta estaba seca y miré como se acercaba con cautela hasta abrazarme, escondí mi rostro en su pecho tratando de calmarme mientras sentía como acariciaba mi cabeza.

-tranquila, fue una pesadilla-susurro y eso era un alivio

Me aleje un poco para verlo fijamente, ahora estaba a salvo, nadie me haría daño, tomo mi rostro entre sus manos examinándome y cerré mis ojos agotada.

-lo...lo siento-me disculpe suspirando relajándome con la suave caricia que dejaba en mis mejillas -¿te desperté?-pregunte cambiando de tema y negó de inmediato

-¿quieres hablar de tu pesadilla?-pregunto con preocupación y negué rápido, era lo que menos quería recordar

-no, no quiero-dije tomando la botella de agua que me ofreció, di unos sorbos y suspire ya sintiendo menos temblores en mi cuerpo -¿me puedes abrazar?-solté con dificultad con mis mejillas sonrojadas y sin pensarlo me atrajo a su cuerpo en un cálido abrazo que calentó mi pecho y me trajo paz. Beso mi sien mientras empezaba a tararear una melodía desconocida y cerré mis ojos.

Max estaba haciéndome sentir mejor y se lo agradecía, estas pesadillas las había superado, pero supongo que volvieron al estar saliendo con alguien, pero él era diferente a todos, no me abrumaba con preguntas hasta sacarme el tema de la pesadilla o se reía de mí.

Un detallito InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora