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Han pasado seis largos meses. Ni siquiera noté cuando pasaron aquellas veintiséis semanas. Fue como un abrir y cerrar de ojos.

Sofía no volvió a aparecer por la universidad, «¡Por suerte!»

Sé que me hizo tantas cosas horribles, pero aún así, tengo tanta curiosidad por saber que le habrá sucedido. ¿Qué estara haciendo en estos momentos?

Salí de casa, ya arreglada. Toneladas de base de maquillaje cubrían mi acné, que se había producido por haber estado comiendo aquella caja enorme de chocolates con avellana de treinta piezas, que me la había regalado Alex cuando cumplimos ocho meses de relación, (lo cual fue hace 1 semana)

-¡Hola, bonita! - fue lo primero que dijo, Alex al verme salir de casa.

-¡Hola, guapito! -le respondí sonriendo coquetamente terminando de colocarle seguro al picaporte de la puerta -Perdón por tardar tanto...

-No te disculpes, ya sé que siempre lo haces -habló entre risas sujetando las asas de mi bolsa -Pareces Dora, la expladora.

Y derrepente toda la calle estaba indunda de su risa y yo quejándome de aquel comentario.

-¿Por qué siempre eres tan malo conmigo?

-Ja, ja, ja. Fue una pequeña broma. Luces hermosa. Me gusta mucho como te queda ese corté de cabello.

-Igual a mi. Ya no aguantaba el cabello largo; me estaba matando de calor -me quejé echándome aire con mis propias manos.

Ya en el auto, Alex me cogio por las mangas de mi suéter verde lima, que estaba adornado con pequeños dibujos de limones. Sabía lo que significaba cada vez que hacía eso: se acerca un beso apasionado; tal y como dije, sucedió aquello.

Nunca fuí buena besando, pero ya saben lo que dicen: con la experiencias vas aprendiendo, y si que es cierto. Ahora sabíamos lo que nos gustaba a cada uno. A mí me encantaba que diera pequeños mordiscos en mi labio inferior, y Alex le gustaban los beso más suaves y tiernos, así que todo estaba perfecto, porque comenzábamos con un beso dulce como la miel, y luego iba evolucionado a uno salvaje.

-¿Ya sabes a que tienda vamos a ir a comprar tu vestido? -habló entre jadeos

-Mmm~ no. La verdad es que no sé...-y continúe con el beso. El beso se vio interrumpido por una pequeña risa de Alex. Después se separo poniendo sus manos en el volante del auto.

-Tendremos que encontra algo.

🦆🦆🦆

-¿Qué opinas de este? -preguntó Alex sacando un vestido corto, color melón, del perchero de la tienda.

-Mmm -dudé haciendo una mueca -No lo sé...

Alex volvió a dejar el vestido de donde lo había encontrado para ahora sacar otro; esta vez, color pistacho.

-Este se te vería muy lindo -afirmó con una sonrisa tierna en el rostro -Convina con tus ojos.

-¡Aah! -grite lo más agudo posible -Es muy lindo.

-Ve a probartelo -ordenó Alex y yo asentí con mi cabeza para dirigirme al probador de la tienda.

Recorrí las cortinas y me encamine dentro. Había un gran espejo y un pequeño asiento forrado de piel color hueso. A un costado estaba un perchero.

-¡¡!Debes mostrarme como te queda!!! -elevó su voz Alex sentando en el sillón afuera del probador.

-¡Claro! -le prometí quitándome mi ropa para poder ponerme el vestido de seda. Era un vestido hermoso: tenía un escote drapeado y en el lado izquierdo de mi muslo tenia una abertura.

Mystery Girl | Quackity Y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora