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Después de ir a donde me había prometido, el cielo ya se había tornado obscuro. Se podía alcanzar a ver las pequeñas estrellas adornar el cielo con su brillo tan hermoso. Tan único.

Alex puso un poco de música mientras recorría las calles que ya conocía. Aquellas calles que daban en dirección a mi casa.

-Gracias, Alex -solté sin previo aviso.

-¿Por qué? -contesto rápidamente sin apartar la vista de la carretera.

-Por todo lo que me compraste... ya sabes...

-No es nada -y sus comisuras se levantaron levemente.

Cada vez estábamos más cerca de nuestro destino, yo ya preparada para despedirme de él y entrar a casa para dormir, pero antes (como siempre lo hacíamos), tener una video llamada nocturna con mi novio. Odiabamos estar separados, y al menos al vernos atraves de la pantalla se sentía mejor que no ver nada. ¿Es algo exagerado?

El motor se apagó y nos dejó en un silencio en donde sólo se podía alcanzar a oír nuestras respiraciones pesadas. Alex agarro las dos bolsas que contenían las cosas que me había comprado, y me ayudó a bajar del auto.

-Llámame cuando estés en casa -le indique abriendo la puerta de mi hogar, a la vez que me ponia a un costado para permitirle el paso a mi novio -Ponlas en el sofá.

Alex asintió con su cabeza y situó las bolsas lentamente donde le había indicado.

-Adiós, bonita. Yo te llamo-dijo con un tono tan dulce. Despeino mi cabello y por último me dio un beso.

-Adiós, guapo.

Sin más preámbulos salió de casa, pero sin cerrar la puerta.

-¿No te vas a ir? -le pregunté con una sonrisa pícara mirando su ancha espalda -Puedes quedarte a dormir si gustas...

-Tn... -dijo por fin volteando a verme-No te lo quería decir, pero...

-¿Pero?

Ahora me sentía más nerviosa que nunca.

-Ve las redes.

-¿Por qué? -hablé casi tartamudeando

-Tú solo velas.

Mystery Girl | Quackity Y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora