Mystery Girl | Quackity Y Tú

42- Segunda temporada

Alexis no dijo nada; estaba helado. Tn había lanzado la noticia como una bomba, y Alexis al haber escuchado la explosión seguía sin creerlo, en cambio, la rubia seguía gris, ahogándose cada vez más y más con sus lágrimas que iban cayendo en su boca, sintiendo el sabor salado de cada una que llegaba a su lengua. Fueron 30 segundos de un largo silencio trágico; un silencio que era como un vocerío a su vez. El chico por fin el chico dejó escapar su voz emanando incertidumbre.

—¿Eso dijo ella?... ¿eso dijo Emma? —Se colocó de pie y comenzó a caminar en silencio hasta llegar al otro extremo del sillón y sentarse a un lado mio.

Afirme con la cabeza y Alexis quedó con las orejas bajas y el semblante negro. En la cabeza de el seguía la duda en pie, ¿realmente sería real todo eso? y para confirmar volvió a lanzar otra pregunta rápida.

—¿Estas realmente segura de eso?

Y la rubia volvió a afirmar con su cabeza; sintió como su pecho se quemaba. Sin avisar, sintió aquellos grandes y pesados brazos envolviendola por los hombros, tratando de calmar su llanto.  Las gotas saladas comenzaron a humedecer la playera de Alexis. Estaba volviendo a sentir aquel dolor como en un principio cuando se habían publicado esas fotos; como cuando todas esas personas hablaban con odio hacia Tn, pero ahora era mayor , al haberse enterado que una amiga a la cual siempre había querido, hasta incluso llegando a considerarla la hermana que no tenia, venia a confirmarle con aquellas lagrimas falsas que le había arruinado la vida, y lo peor de todo el haberse enterado desde la boca de otra persona y no de la misma Sofia; sintiéndose como la persona mas estupida del mundo por confiar en las personas equivocadas.

Tn escucho a Alexis tragar saliva. Tn separo un poco el rostro y se encontró con los ojos de Alexis cristalizados y con las lagrimas apunto de salir, era obvio que se estaba haciendo el fuerte para Tn, pero la verdad, en ese momento los dos necesitaban una manta. Alexis noto como el corazón le crujía al ver a la joven que tanto quería lastimada y triste; por un momento volvió a ver a aquella niña triste y sin amigos el cual él la había guiado y se había quedado con ella para cuidarla, pero ahora sentía que había fallado, que no estaba haciendo lo suficiente para cuidarla; deseaba que con una varita mágica quitarle esa amarga tristeza y darle lo mejor del mundo; ponerla en una burbuja y cuidarla para siempre.

Mi labio comenzó a temblar.

—¡Yo la quería tanto! Era como una hermana para mi.

Alexis volvió a acercar mi rostro a su pecho y sentí como el corazón le latia rapido.

—Tranquila, tranquila, tranquila... —repetía infinitamente con la voz cortada. Era como si un enfermo estuviera cuidando a otro enfermo contagiándose de dolor.

Alexis no comprendía en que momento Emma había dicho eso, y el porqué...