Capitulo 16 Sangre, sudor y lágrimas

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Capitulo 16 Sangre sudor y lágrimas

Suga condujo hasta un bosque afueras de la ciudad. Un fuerte dolor de cabeza, le avisaba que se aproximaba su cambio, necesitaba cazar algo para reducir la ansiedad.

Apenas y logró estacionar al costado de la desolada ruta, cuando su cuerpo comenzó a cambiar y rápidamente se deshizo del casco que le molestaba arrojándolo hacia un costado de ésta al igual que sus prendas de vestir.

La gran arboleda se asemejaba a una gran muralla, estos producían tanta sombra que la luz no lograba llegar con claridad al suelo.

El leopardo no tardó en divisar una presa tras de unos arbustos, solo podía ver sus pezuñas blancas por debajo de este, una cabra, supuso.

Calculo el salto para caer justo encima de ella, y le hundió fuertemente los colmillos en su carne.

Cuando el animal dejó de luchar, aflojó su agarre, percatandose de que no se trataba de una simple cabra, sino que era un pequeño ciervo blanco, y uno muy joven pues, apenas se le asomaban unos bultos en donde se normalmente se encotrarían sus astas.

—No por favor.—Toda la adrenalina que había sentido segundos antes de la caza fue reemplazada por la desesperación,— No te mueras.— Presiono con fuerza la zona, que sangraba de forma profusa. Las heridas eran demasiado graves y el animal no tardó en sucumbir ante ellas, divisando aquel instante donde el brillo de su mirada se fue apagandondose.—Soy un monstruo.— Miró sus manos manchadas de la sangre de su víctima. Si el panorama no era suficientemente cruel para mostrarle cuál era su verdadera naturaleza, el hecho de que el cálido fluido carmesí había contactado con su lengua y disfrutando de su sabor dulce le hizo sentir el doble de culpable.

Tuvo un debate interno acerca de qué hacer con el cuerpo, en principio iba comérselo pero esa intención diezmo en cuanto el pensamiento de si Jimin tendría el mismo sabor pasó por su cabeza. Decidió que dejarlo ahí era la mejor opción, al menos de esa manera otra bestia podría aprovechar su carne y no sería una muerte en vano.

Limpió la sangre restante en un río cercano y emprendió su viaje de vuelta a la civilización, sin saber qué más sorpresas le esperarían en su regreso.

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Soobin había tomado el valor para contarle los hechos sucedido a su hermano, el cual apenas y pudo dar crédito de lo escuchado e inmediatamente intentó en ponerse en contacto con Beomgyu pero no respondía ni las llamadas ni los mensajes de textos.

—No sé qué está pasando, pero no es buena señal que no conteste. Prepárate, debemos irnos.— En la mañana de ese día solo tenía planeado tomarse el día libre para invitar a ese chico que había conocido a salir, y ahora estaba envuelto en la posible desaparición de dos jóvenes.

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En algún momento del viaje el mayor detuvo la marcha de la camioneta y de la guantera sacó una bolsa de tela negra y se la entregó. Miró hacia su costado esperando un tipo de ayuda de parte del lobo pero este le respondió gruñendo, acto seguido se colocó la bolsa en la cabeza, impidiendo completamente su visión.

—Extiende tus brazos—Incluso antes de hacerlo, el sonido metálico tintineando le avisó que sería esposado. La situación se asemejaba más a un secuestro que a un arresto, y si ¿Quizás estos no eran agentes realmente?.

El sonido del motor nuevamente se puso en marcha y casi perdió la cuenta de cuantas veces la camioneta giró, y de alguna manera, pese a la situación de riesgo en la que encontraba se quedó dormido.

No fue hasta que lo movieron para bajarlo del vehículo que se despertó, aún tenía el saco en la cabeza y al levantarse deprisa se la golpeó contra el techo de la camioneta.

El mayor hizo un esfuerzo sobrehumano para tratar de contener la risa en ese momento, pues debían aparentar ser intimidantes. Por otro lado, su compañero, más joven que él, estaba lo suficientemente molesto como para que nada le echara en gracia. Se sentía profundamente engañado y traicionado por aquel chico. Luego de ello, lo hicieron caminar por un pequeño sendero de tierra, y lo ingresaron a un galpón el cual estaba protegido por pesadas y gruesas cadenas en conjunto con un candado que actuaban de cerrojo.

Lo sentaron en una silla, lo dejaron así por al menos una hora, con una diferencia, ahora se encontraba amarrado a una silla en vez de estar esposado.

No era un día especialmente cálido, de hecho comenzaba hacer un poco de frío, pero el nerviosismo sumado al miedo que sentía lo estaban haciendo sudar como cerdo.

Descubrieron su cabeza. Después de tanto tiempo tardó un poco en acostumbrarse a la luz, que hacía arder sus ojos.

—Idiota.—Dijo casi en un susurro. El lugar distaba mucho de ser una sala de interrogatorios, de hecho se asemejaba mas a una de tortura, con aquellos grandes ganchos que cogaban de las vigas y esos pequeños chasquidos que producía la corriente de un cable pelado. Ambos sujetos se habían cambiado de vestimenta a unas más casuales con pantalones sueltos y camisas de manga corta.

Detrás de sí, el galpón contaba con una habitación con baño y ducha esta se encontraba en un nivel más alto y se accedía por una tambaleante escalera de metal.

—¿Para quién trabajas?— El mayor comenzó lo que sería el interrogatorio, mientras el más joven le pasó por al lado, ajustándose unos guantes de cuero a sus manos.

—¿Qué?.

—¡¿Eres sordo o idiota? ¿Quién es tu jefe?¿Quién te manda?!— El lobo lo tenía sujeto del cuello de la camisa y lo sacudía.

—Suéltame no trabajo para nadie.— Cerró sus ojos con fuerza, se negaba a verlo en ese estado¿acaso el alfa que tanto le atrajo era realmente una bestia?

—No mientas— Lo tomó del cuello pero antes de golpearlo su compañero lo sujetó del brazo.

—Suficiente.

Taehyun sacudió su brazo y se liberó del agarre.

—Será mejor que te tomes un descanso seguiré yo solo con el interrogatorio.

—Como quieras.

Subió las escaleras pesadamente mientras se colocaba los auriculares, los mismos que hacía unas noches habían ayudado a Beomgyu a aislarlo del estruendo producido por los fuegos artificiales.

Se quebró en llanto, el bello recuerdo de esa noche había sido sumamente ultrajado por la actitud tan violenta.

El hombre frente suyo sacó un pañuelo de su bolsillo y se agacho limpiar suavemente sus lágrimas.

—Si te desato ¿Prometes no intentar huir?— Su voz sonaba cálida.

Este asintió levemente, incluso si lograba escapar no sabría en qué dirección correría, no tenía idea dónde estaba ni cuán alejado de la civilización se encontraba aquel sitio.

Este le aflojó sus nudos, no sin antes percatarse de que tan apretados realmente estaban, incluso le costó trabajo desajustarlos,dejándole marcas en su piel, había dejado esa tarea a Taehyun ya que al servir en la milicia este contaba con más experiencia de la que él poseía en ese campo, pero no esperó que tratara al joven como si fuera un prisionero de guerra.

—¿Qué sabes acerca de la nueva droga?

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El dolor de su cabeza iba en aumento, cada vez las punzadas eran más fuertes y más sostenidas en el tiempo, comenzaba a comportarse como un verdadero lunático, casi no quedaban cosas en su cuarto que no había destrozado ya. La ira mezclada con la frustración se combinaban en un desagradable cóctel era obligado a tener que beberlo.

Su hermana le había llevado la cena pero al igual que las otras comidas este ni tan siquiera las había tocado.

—Kai.—Su tono era de preocupación.

—Vete por favor

Wild city (TXT Y BTS, Solo Bl) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora