Capítulo 19: Soy real, mi amor

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Hope

—... y entonces, la chica no se pudo quedar con el cachorro —terminó de relatar la pequeña. Le sonreí por el retrovisor.

—que mal —le dije. Ella asintió muy rápido, estando de acuerdo conmigo, mientras veía por la ventana del coche.

—ella estaba muy triste —dijo con un puchero adorable en sus labios.

Sin borrar mi sonrisa, miré por el retrovisor de nuevo, notando que tenia sus pequeñas cejas fruncidas.

—¿pasa algo, Ams?

Ella miró a Josie sin relajar su expresión.

—esta no es la calle del orfanato. —Josie me dio una mirada de sorpresa, que yo regresé.

Después de irme de la clínica la noche anterior, creí que ella le había dicho donde se quedarían el fin de semana.

—estamos yendo a mi casa —le comuniqué sin esperar a que Josie respondiera—. Mi hermana se acaba de regresar a su casa y me ha dejado sola. Pensé que querrías acompañarme este fin de semana. —Me encogí de hombros, fijando la mirada en la otra azul por el retrovisor.

Pareció pensarlo un segundo y finalmente asintió, relajando la expresión y viéndome con una sonrisa emocionada.

—por supuesto que quiero acompañarte. Pero no me lo habían dicho —dijo, viendo a Josie como si le reclamase.

Reí.

—era una sorpresa, Ams. Ahora ya la has arruinado.

La niña hizo un puchero de nuevo, fijando su mirada en lo que había fuera del coche.

—soy bastante curiosa.

—puedo verlo. —Josie y yo reímos.

Miré a la castaña a mi lado y recordé que no habíamos tenido chance de hablar. Habían tantas cosas en mi cabeza, tantas cosas que habían pasado en la semana, que no podía siquiera pensar claramente.

—hablaremos esta tarde, cuando ya se hayan instalado —le dije, esperando que ella no se negara.

No lo hizo.

—¿Ams? —La castaña menor me miró cuando la llamé—. Hay un enorme patio en casa para que juegues a gusto. Puedes enlodarte y todo —sonreí. Josie me miró con reclamo—. Jojo ya te dio el permiso. —Rei cuando ella me golpeó el hombro.

—¡¿en serio Jojo?! —La pequeña Amelia estaba tan extasiada que Josie no pudo negarse.

—por supuesto, mi vida. Solo no te vayas a cansar demasiado, ¿okey?

Amelia asintió efusiva.

—bien, que bueno que nos hayamos puesto de acuerdo, ¿cierto Jo? —Josie me dio mala cara. Yo reí—. Ya hemos llegado a mi humilde morada.

Los labios de Josie se abrieron y luego se cerraron lentamente cuando vio la fachada de mi casa.

Accioné el portón para entrar y saludé al guardia de turno, estacionando finalmente el coche frente a la enorme casa.

—¡Wow!

—lo sé, Wow.

Amelia salió del coche como si fuera un resorte, corriendo hasta la entrada. Josie intentó detenerla, como la madre sobreprotectora que era. Yo tomé su brazo, negando con la cabeza cuando ella me miró.

—déjala divertirse. ¿crees que es lindo estar una noche en una cama postrada y, que después de salir, también estarlo?

—ella necesita descansar —discutió. Sobé su antebrazo con delicadeza y sonreí.

El Océano De Tus Ojos ~HOSIEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora