Capítulo 25: ¿Dónde está Amelia?

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En una habitación a oscuras, con solo la luz proveniente de la calle que se colaba por la enorme ventana, un teléfono sonó.

Alguien descolgó...

está hecho —dijo alguien en la línea.

Terminó la llamada sin responder siquiera y lo metió en su bolsillo trasero.

Una silueta oscura se plantó frente al ventanal que daba hacia la calle principal. Cerró sus ojos con una sonrisa pendiendo de sus labios. Cuando los abrió, la luz de la luna se reflejó en su mirada satisfecha.

Por fin la vida le daba una luz de esperanza. Ya era hora de cumplir su sueño, finalmente.

Esa misma noche...

Hope

Mis párpados se sentían pesados y mis ojos ardían por el exceso de trabajo al que los había sometido en todo el día.

La taza de vidrio reposaba en mi escritorio con el liquido caliente que me mantenía despierta a duras penas. Tomé un último sorbo del amargo contenido y dejé el recipiente en la mesa de vuelta.

Suspiré y me sobé la nuca. Tenia mucho trabajo que terminar; trabajo que había estado atrasando desde la semana anterior. Miré la hora en el computador y resoplé. Ya eran más de las ocho de la noche y yo seguía allí.

La hora laboral terminaba a las seis en punto, por lo que ya no había nadie acompañándome en el edificio, salvo por los guardias de seguridad y el personal de limpieza.

Cerré mi laptop y la metí en mi maletín, para finalmente tomar mi abrigo y bajar al estacionamiento, y salir del edificio para irme a mi casa.

Habían pasado dos días desde que había dejado a Josie en el orfanato después de ir con los amigos de sus padres. No la había visto desde entonces, pero si habíamos hablado por teléfono. No me gustaba la distancia, pero trataba de entender su necesidad por el espacio para ella y para las nuevas adiciones a su vida; como el orfanato que ahora era de su propiedad, por ejemplo.

Sin embargo, a pesar de haber conversado con ella no hace más de una hora por mensaje, quise verla. No me aguantaba las ganas de poder sentir sus labios sobre los míos. Aun no pactábamos una fecha para nuestro matrimonio y yo ya quería tenerla en mis brazos y llamarla mía de una vez por todas.

Las luces de la carretera y de los coches que venían, me provocaron una ceguera temporal. Tratando de no causar un accidente, me orillé a un lado de la vía y aparqué el coche, dejando pasar a los que venían detrás de mí. El cansancio me estaba matando pero no podía quedarme sin ir a ver a la luz de mis días.

Cerré los ojos unos segundos para apaciguar la pesadez en ellos y parpadeé unas cuantas veces para lubricarlos y que dejaran de arder. Cuando supe que había sido suficiente, encendí el coche de nuevo. No obstante, el ruido de una sirena y unas luces roja y azul me hicieron quedarme quieta. Miré por el parabrisas la parte trasera de un camión de bomberos a toda velocidad. Detrás de él, pasaron unas dos ambulancias y me asusté. ¿Qué había pasado?

Apreté el acelerador y seguí mi camino hacia el edificio en el que vivía temporalmente Josie. La vía principal se dividía en dos cuando llegabas al centro de la ciudad; al lado izquierdo, te adentrabas al bullicio urbano, sin embargo, en el lado derecho, ibas hacia la parte costera.

Un escalofrío templó mi cuerpo, y un extraño mal presentimiento disipó mi tranquilidad, cuando vi el halo de las luces de las ambulancias tomar la carretera que iba directo hacia el orfanato. Detuve el coche antes de tomar cualquier camino, sintiendo que debía decidir hacia qué lado ir; si ir donde Josie, o cerciorarme que no había pasado algo malo en el orfanato.

El Océano De Tus Ojos ~HOSIEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora