Sus ojos empezaron a abrirse. Las luces blancas demasiado brillantes enceguecieron su vista por segundos antes de enfocar perfectamente bien. Cuando lo hizo, se llevó un gran susto.
—¡Maldita sea!
—¡hey! Si que estás mejor, por lo que veo. —Le dejó ir un manotazo en el hombro y Hope se quejó del dolor—. No puedes ir por allí maldiciendo, ¿sabes?
—bueno, pues no sé por qué tú puedes andar por allí con esa cara —se quejó, ya repuesta—; me espantaste. Estuve a segundos de pensar que ya me encontraba en el infierno cuando vi tu carota cerca de mi.
—por supuesto, si hasta dijiste tus ultimas palabras creyendo que te ibas con San Pedro anoche —Lizzie se burló—. Bueno —se corrigió—, mas bien con los demonios, como tu misma dices, al infierno.
Hope empezó a toser sin hacerle caso a la rubia.
—tengo sed —murmuró—, y me duele mucho la garganta para respirar.
—eso tiene sentido —dijo Lizzie yendo a buscar la jarra con agua y un vaso de cristal cerca de la camilla—. Esa cosa que te metieron en la boca no era muy pequeña que digamos.
Hope tomó del agua que su hermana le brindó y luego frunció las cejas.
—no recuerdo que me hayan insertado nada.
—eso es porque ya te habías desmayado cuando lo hicieron —se encogió de hombros.
—ni siquiera supe cuando lo sacaron.
Lizzie se sentó a un lado de la castaña y se acomodó para quedar a su altura. Con su ayuda, Hope logró quedar en mejor posición en aquella camilla de hospital.
—temprano en la mañana —respondió—. El medico que te atendió, dijo que despertarías después de eso, pero tardaste unas horas más.
Recostó su cabeza contra el reposador y le dio una mirada gélida a su hermana rubia.
—¿por qué estás tú aquí?
Las cejas de la rubia casi tocaron el nacimiento de su cabello. ¿Cómo podía hacer esa pregunta siquiera?
—soy tu hermana —dijo, como si fuera obvio. Porque lo era.
Hope se dio cuenta de que había ofendido de alguna manera a la rubia y suavizó su expresión.
—no me malinterpretes, solo quiero saber como te enteraste.
—Josie me llamó a media noche diciendo que estabas en el hospital. —Se detuvo a pensar y empezó a reír al recordar—. Ella tuvo que decir que era tu prometida para lograr entrar con ustedes dos en la ambulancia porque no la dejaban. —Lizzie se tapó la boca por el ataque de risa y Hope la miró con extrañeza—. Estaba preocupada de que fueras a morir hasta que el paramédico le dijo que solo necesitabas oxigeno y descanso, y que solo estabas siendo dramática al respecto diciendo tus últimas palabras creyendo que te ibas a petatear.
En su mente bailaron las imágenes borrosas del rostro de la castaña cuando Lizzie la mencionó. Recordó haberla sentido cerca antes de ceder al cansancio de su cuerpo cuando era trasladada en la ambulancia.
Le alegraba ver a Lizzie junto a ella y saber que había pasado la noche acompañada, sin embargo, una parte de ella deseaba que fuera Josie quien la hubiera recibido después de tan feo susto.
—¿Dónde está ella? —indagó, no haciendo caso a las risas divertidas de la rubia.
—con Amelia, por supuesto —respondió dejando de reír, pero sin borrar una sonrisa.
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El Océano De Tus Ojos ~HOSIE
Fanfiction¿Qué pasaría si te subieras al auto equivocado pero con la persona indicada? Desde el día que Josie confundió un coche particular con un taxi, su vida empezó a dar un giro, uno que provocaría cientos de sensaciones y, quizás, respuestas a sus deseo...