Capítulo 20: Ella es lo único que deseo

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Hope

—¿puedo ver la televisión? —Amelia casi suplicó—. El único que hay en el orfanato es el que está en la sala —dijo, dándole un mordisco a su sándwich de... no sé qué—. Así que todos vemos lo que los demás quieren y nunca lo que yo quiero. —Sus mejillas llenas y su puchero me hicieron reír a carcajadas, ganándome una mirada asesina de la pequeña.

—no te rías, Hope —riñó Josie tratando de ocultar su propia risa.

—pareces ardilla —me burlé sin hacerle caso a la castaña. Amelia me lanzó una servilleta desde su lugar en la mesa, lo que me hizo reír más, pues parecía molesta—. La próxima no le des sándwich, Josie, dejaré unas nueces fuera de la bolsa para que desayune. —Hice un sonidito de ardilla y Josie empezó a reírse con ganas.

Amelia miró a Josie y luego a mi. Frunció los labios y tragó lo que tenía en la boca y se bajó de la silla, plantándose a mi lado. No podía dejar de reírme y ella no me lo hacia más fácil. Sus bracitos se cruzaron sobre su pecho, queriendo parecer más ruda. Josie alzó las cejas y frunció los labios, como diciendo ¨¿en qué te metiste?¨. Miró a Josie un segundo, entrecerrando los ojos y luego a mi. En su rostro se formó una expresión que no supe identificar del todo; parecía malvada.

—¿me llamarás ardilla de nuevo? —retó. Supe que era una pregunta tramposa; cualquier cosa que respondiera, a ella le vendría bien.

—si te sigues viendo como una, si.

Miré de reojo a Josie mientras ella negaba con una sonrisa.

—bien —dijo Amelia, acercándose amenazadoramente a mi. Oh, cosita. Si supiera que parece una pequeña abejita volando a mi alrededor, solo me parece adorable, no peligrosa. Bueno... algunas—. Entonces... —miró a Josie y sonrió malévolamente— ya no me apartaré de ustedes dos como la tía Ally me pidió.

Fruncí las cejas y mi cabeza se disparó hacia donde estaba Josie con una mirada igual a la suya; confundida.

—¿a qué te refieres, bebé?

Amelia miró a Josie con suficiencia.

—estuve haciendo un trabajo para la tía Ally. Ella me dijo que cada vez que ustedes dos estuvieran juntas, las dejara asolas por un rato. —Ella parecía orgullosa de hacer dichoso trabajo—. Pero ahora... —me miró con indiferencia— ya no volveré a hacerlo. De ahora en adelante, no más besos.

Casi me atraganto con mi propia saliva y Josie dejó salir un jadeo de sorpresa.

—¿cómo...?

—los vi anoche cuando dejaste los peluches en la habitación del hospital —dijo, viéndose las uñas.

Esa niña parecía una vieja por la manera en la que hablaba.

Miré a Josie a mi lado, intentando formar palabra; pero nada salió de mis labios.

—pudiste haberme dicho que estabas despierta, mi amor.

—como dije, tenia un trabajo que hacer y, como no podía bajarme de la cama e irme afuera, entonces hice que estaba dormida. Así ustedes tenían priv-privisión.

—¿y eso qué es? —Reí, pero Josie me dio un golpe en el brazo.

—privacidad, mi amor.

—si, eso. —Volvió a sentarse en su silla y siguió comiendo de su sándwich.

—creo que la rubia merece un buen aumento —reí.

—de todas maneras... —miré a Amelia que seguía viéndome, disfrutando de su venganza— ya no lo haré más. No voy a dejarlas solas por mucho tiempo.

El Océano De Tus Ojos ~HOSIEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora