Capítulo 26: Infierno

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Las luces intermitentes cegaron por unos segundos la vista de Josie al bajarse del taxi. Desde que recibió la llamada de Ally, se contuvo de soltar alguna lágrima, sintiéndose esperanzada. Deseó en ese momento que la rubia le dijera que todo era una broma, una de mal gusto, pero nunca pasó. Sin embargo, ahora que tenía el edificio en llamas frente a ella y a todos los niños llorando y gritando a su alrededor, todo esfuerzo por controlarse se vino abajo.

Una mano en su hombro la hizo saltar.

—No te asustes. Soy yo —mencionó Ally a su lado.

El rostro de la castaña se contorsionó en una expresión de dolor y su cuerpo cayó sobre el pequeño mientras se daban consuelo.

Josie ya no escuchaba el ruido de las sirenas ni los gritos. Su mente estaba lejos de allí, hasta que recordó algo. O más bien, alguien.

—Amelia.

Ally sostuvo el cuerpo de la chica joven con más fuerza que antes, preocupando a Josie.

—Ally, dime donde está Amelia —demandó con voz forzosa mente alta.

—no sé donde está —respondió a duras penas la rubia.

A pesar de que tenia una idea, no quería hacer sufrir a la castaña con eso. Ella, de alguna manera que no podía explicar, sentía que todo iba a salir bien, que Hope volvería con la pequeña sanas y salvas.

Tomó el rostro de Josie con sus manos y la obligó a mirarla a los ojos.

—Hope la traerá a salvo, ella lo prometió.

Como si se tratara de un yunque en su estómago, aquella frase la golpeó con fuerza.

—¿Hope? ¿Qué tiene que ver Hope con esto?

Ally sintió que había metido la pata al decírselo, pero supo también que ella merecía saberlo.

—Hope vino antes que tú. No lo mencioné en la llamada, pero fue su idea que lo supieras.

Las cejas de Josie se fruncieron.

—¿no pensabas decirme esto? —señaló el edificio en llamas.

—no fuiste mi primera opción, la verdad. No ibas a hacer mucho de todas maneras.

Soltó una risa sin humor y miró el edificio de nuevo.

—¿Dónde está Hope?

—ella entró en busca de Amelia.

—¿sola? —Su voz casi inaudible.

Ally asintió, a pesar de que la otra no la miró.

Se quedaron ambas viendo el infierno, pensando en futuros muy poco agradables entorno a la castaña de ojos azules y la pequeña Amelia.

Las paredes caían a su alrededor.

Hope jamás pudo predecir que se encontraría en una situación como aquella. Cubriéndose con sus antebrazos el rostro, dio con el pasillo hacia la cocina. Estaba asfixiándose poco a poco y el fuego no daba tregua para con ella.

El origen del incendio yacía frente a ella y dejó escapar un grito ronco por el esfuerzo al ver la pared ardiente que le impedía el paso hacia la enfermería.

Si su teoría era correcta y Amelia estaba en la clínica aun con vida, entrar no era su único problema; salir de allí con ella, ESE seria el mayor de sus problemas.

Si bien no era muy atlética, a Hope se le hacia sencillo mover su cuerpo con agilidad. Se sacó su chaqueta de cuero y se cubrió la cabeza y espalda con ella. Flexionó sus piernas, tomando impulso, y respiró con dificultad una última vez antes de atravesar corriendo el pasillo de la cocina.

El Océano De Tus Ojos ~HOSIEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora