Diez: El padre Sebastián

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La Juaca y Altagracia hablaban con el abogado que ayudaría a la Del Toro a recuperar lo que le pertenecía a su familia, Elizabeth también había decidido ayudar a Altagracia

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La Juaca y Altagracia hablaban con el abogado que ayudaría a la Del Toro a recuperar lo que le pertenecía a su familia, Elizabeth también había decidido ayudar a Altagracia. Ella sentía que traicionaba a Salomón, pero también a su familia, así que solo quería ser justa, y eso le pertenecía a los Del Toro.

En eso unas voces los interrumpen.

Isabel apareció con Ivon detrás, Altagracia, Elizabeth y la Juaca se levantaron de sus lugares al verla.

—Disculpe señorita Altagracia pero es que se me coló detrás de la cocina y no pude hacer nada—habló Ivon—no se que tiene que esta como loca la señora Isabel.

—Hoy es el día Mujer de Judas—habló ella—hoy todos dictarán su sentencia, yo se todo, yo si es verdad que lo se todo.

—Mire mire callese la boca que usted no tiene vela en este entierro—habló la Juaca—váyase de aquí, es más yo misma la voy a sacar.

La Juaca intentó sacarla pero esta forsajeaba.

—Ya llegó tu sucesora—seguía diciendo Isabel—ya llegó tu sucesora, ustedes tres y el periodista deben cuidarla—las tres se miraron—.

(......)

Gloria y Mariana salieron del cuarto listas para salir, al hacerlo vieron a Petunia acostada en el sillón.

—Pedazo—la llamó Gloria—muévete de aquí, ¿qué haces ahí toda echadota, ah? No ves que tenemos muchas cosas que hacer.

—No quiero, estoy deprimida—dijo ella haciendo un puchero—.

—¿Y a ti qué te pasa?—habló Mariana confundida—.

—Chama es que no es justo, mira, Micaela ya consiguió a Marcos, tu Gloria estás cada día más enamorada de Salomón, y Mariana aunque no quiera admitirlo tiene algo con Ismael—ambas la miraron con cara de "¿perdona?"—y estoy jugando a la banca, chama eso no es justo.

—Eso no es justo—la imitó Mariana—para empezar yo no tengo nada con Ismael, ah.

—Y yo no estoy cada día más enamorada de Salomón—dijo Gloria imitando el tono de voz de Petunia—.

—Si, y bueno siguiendo, a ti se te olvida que nosotras y bueno Micaela, vinimos acá es hacer la tesis, ese es nuestro objetivo principal—siguió Mariana—.

—No me importa, yo quiero un amorcito—dijo Petunia—.

—Que amorcito Petunia—rió Mariana—debemos hablar es con la mujer de Judas.

—Si, debemos ir a buscarla para ver si por fin la encontramos—habló Gloria—.

—¿Ustedes creen que debemos ir?—preguntó Petunia—.

—Tu ho has escuchado ese dicho que la peor diligencia es aquella que no se hace—habló Mariana—.

Esta solo hizo una mueca.

Love and death || La Mujer de JudasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora