Veinticinco: Detenida

53 2 0
                                    

—¿Ahora estás conforme?—le preguntó Marcos a Calixto—¿ahora estás conforme, Calixto?—repitió—el famoso cura que mató Altagracia del toro

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¿Ahora estás conforme?—le preguntó Marcos a Calixto—¿ahora estás conforme, Calixto?—repitió—el famoso cura que mató Altagracia del toro... era mi hermano. Ahora dime tú si tengo razones o no para querer verla encerrada en la cárcel para siempre. ¡Respóndeme tú ahora!

—Esta bien, está bien, yo no sabía, yo no sabía, yo no pensaba, yo no me imaginaba que...

—Altagracia matando a mi hermano... también mató a mi fami... a mi familia—dijo con dificultad—mi otro hermano, Simón y yo vimos morir de mengua y dolor a mi madre, extrañando la muerte de su hijo. No comía, no dormía... tú te imaginas...

—Ya, ya...—quiso detenerlo pero fue en vano—.

—Lo que es ver una madre las veinticuatro horas del día llorando, extrañando la muerte de su hijo. Ella misma se lo reprochaba, decía que Sebastián era muy guapo para ser sacerdote.

—Tranquilo, tranquilo, toma aire, relájate, tranquilo y si tú quieres después que te calmes seguimos hablando y seguimos conversando ¿si?

—Yo sé que ella no tenía la culpa pero... pero por mucho tiempo pensé que yo sí la tenía. Yo fui el que le pagó los estudios de teología, lo ayudé a entrar al seminario, él era un verdadero hombre de dios ¡y ahora todo el mundo cree que Altagracia lo corrompió!

—Tranquilo, tranquilo.

Este se echó a llorar, Calixto se rascó la nuca sin saber qué hacer.

—¿Cómo una persona puede matar a alguien así? Un hombre bueno, un hombre santo, un verdadero Santo, Calixto.

(......)

Chichita entró a su casa quejándose a casi gritos. Ismael subió de su taller para ver qué era.

—Pero ¿qué pasó, mamá?

—Pasó que la inoportuna esa de la camionera Joaquina, no ha debido traer a las muchachitas esas para acá para Carora—Ismael frunció el ceño—esas muchachitas debieron quedarse de dónde vienen, ustedes son más Del Toro, ustedes tienen más derecho que esas muchachitas.

—Mamá, mamá, eso no es así—habló Ismael—Gloria es la hija del hermano de Altagracia, el tío Bartolomé, y técnicamente Mariana también, él la adoptó ¿no? Ellas tienen todo el derecho.

—Juan Vicente Del Toro, el viejo Juan Vicente ha debido dejarles parte de la herencia a ustedes, porque ustedes son los varones de la familia, ustedes tienen más derecho. Además vienen de un hogar bien constituido como es este.

—Bueno mamá, pero tú todavía tienes la llave—habló Alirio—si tú quieres conseguir ese dinero, entonces tú lo que tienes que hacer es darme la llave que te dio el viejo Juan Vicente y yo me encargo.

—No se te ocurra, mamá—dijo Ismael—yo sí puedo ayudarte con esa llave, confía en mí, dame una oportunidad.

Chichita miró a ambos.

Love and death || La Mujer de JudasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora