Uno: La Vendimia

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Gloria y Mariana caminaban hacia la casa de sus tíos en donde se estaban quedando

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Gloria y Mariana caminaban hacia la casa de sus tíos en donde se estaban quedando. Gloria iba escuchando música, mientras su hermana trataba que esta no se fuera a tropezar o chocar con nada ni nadie. Mariana era la menor pero a veces parecía la mayor.

Ambas llegaron finalmente a la casa pero se encontraron con su tío quien estaba lanzando las cosas de ambas a la calle. Las dos se miraron de lo más confundidas.

—¡Cálmate, Juan que estás borracho!—le gritó su esposa—.

—¡Yo voy a estar en paz cuando esas niñas se hayan ido de esta casa!

—¡¿Pero qué está pasando aquí?!—habló Gloria—.

—¡Ustedes son unas ladronas, no son más que unas ladronas!—gritó su tío—seguramente me cogieron esos reales para irse almorzar con sus amigas.

—¿Pero qué?—habló Mariana mientras ambas hermanas intentaban recoger sus cosas del suelo—pero tía ¿qué es esto?

—Que venga su madre a salvarlas si es que puede—siguió hablando el hombre—.

Este sacó un tablero en que ambas tenían un poco de fotos pegadas ya que serían parte de su tesis. Este lo lanzó al suelo y empezó a pisar las fotos.

Su esposa lo alejó, y ellas se agacharon a recoger, Gloria soltó pequeñas lágrimas de impotencia.

—Justo cuando estábamos terminando nuestra tesis para graduarnos—habló Gloria—.

—Les apuesto lo que quieran que jamás se van a graduar.

Este empezó a irse siendo arrastrado por su mujer, ambas chicas se levantaron del suelo.

—¿Sabe qué tío?—habló Mariana molesta—pues esa apuesta ya la perdió, ¡porque yo le requeteapuesto que si nos vamos a graduar! y eso escríbalo.

(......)

El camión de la Juaca se estacionó, por lo que las chicas esperaron a que su mamá bajara del camión. Apenas lo hizo estas se acercaron y la abrazaron.

—Ay mamá—lloró Gloria—.

—No veíamos la hora en que llegaras—habló Mariana—.

—Y yo en la hora de venir a verlas, chamitas—dijo esta—espérenme un momento—les dijo cuando se separaron—.

Las chicas asintieron y empezaron a guardar sus cosas en la parte de atrás del camión.

—¿Qué crees que haga?—le dijo Gloria a Mariana—.

Mariana se encogió de hombros y ambas se quedaron mirando a su mamá quién esperaba que abrieran la puerta de la casa de sus tíos. Al hacerlo esta le lanzó un puñetazo al hombre.

—Eso es para que aprendas que las mujeres también sabemos llevar pantalones y nos cobramos las deudas completas ¿me oíste?. Ahora si que no me debes nada, desgraciado.

Love and death || La Mujer de JudasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora