El reencuentro de siete antiguas amigas coincide con la aparición de un misterioso ser que, disfrazado de novia, se dedicará a matar cruelmente a todo aquel que se interponga en su camino. Mediante sus poderes, Gloria y Mariana, a quien se les apare...
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Todos miraban a Altagracia asustados y atentamente, pues esta no miraba a nadie solo al cuerpo en el suelo.
—Tenías que ser tú, Altagracia—habló Laura—tú mataste a este hombre, ¿es que no tienes vergüenza, chica? Asesina.
—Cállate, Laura—habló Elizabeth molesta—.
—Ay mi linda, la vida tiene derecho a sorprendernos pero no así, no de esta manera—habló Ricarda asustada hacia Emma—es que lo veo y no puedo creerlo.
—Si así es tu llegada como será tu estadía—murmuró Marina Batista para ella misma—.
—Ay Dios mío—lloró Chichita, esposa de Ludovico—está muerto.
—Y bien, esto es lo que está ocurriendo él mismo día que la ex convicta Altagracia Del Toro salió de la cárcel—habló Marcos en las cámaras—¿se repetirá la historia? Las imágenes hablan por si solas. Desde Carora reportó para ustedes Marcos Rojas Paul en el lugar de los acontecimientos.
La Juaca quien había llegado minutos antes de todo, se acercó y le dio la vuelta al cuerpo para ver quien era, al verlo se sorprendió.
—Julián, Julián Morera.
(......)
La gente se empezó a ir después de lo ocurrido, Altagracia se agachó a ver el cuerpo pero Marcos la seguía haciéndole preguntas.
—A ver, ¿usted qué tiene que decir al respecto?—ella lo ignoró—hable, ¿reconoce que tuvo que ver con este incidente?... ¿usted conoce a este hombre? ¿Usted sabe quien es este hombre?... ¿por qué no da la cara y dice la verdad? ¿Acaso es esta su venganza?
—Ay por Dios, ya déjela—habló Mariana cansada—este no es momento para sus noticias.
—Este es el mejor momento, señorita—habló Marcos—todos deben conocer quién es esa mujer.
—Chamita, vámonos ¿si?—habló la Juaca—.
—No mamá—Elizabeth miró rápidamente a la Juaca—no es justo que este... señor siga torturando a esa pobre mujer por algo qué pasó hace 20 años.
Altagracia miró a la Juaca y a Elizabeth, entre las tres se miraron.
—El regreso de mi primita Altagracia—habló Ludovico—debemos agradecerte todo este show, tenias que ser tu, llegaste y contigo las desgracias. Pobre infeliz—dijo refiriéndose a Julián—vino buscando perdón y encontró la muerte.
—Es que yo lo dije ¡yo lo dije! Y hasta me llamaron loca—habló Laura—pero esta mujer que ustedes ven aquí es hasta pavosa y trae la desgracia. Y mira chica, tú no me vas a convencer con esa cara de lastima, esto es obra tuya, tú le hiciste esto a Julián porque era tu novio, por él fuiste a la cárcel y por eso lo pusiste a comer tierra.
—¡Ernesto, Ernesto por favor!—lo llamó Ludovico—te llevas a esta loca y la encierras en un manicomio.
—Laura, tantos años y no has cambiado nada—dijo Altagracia—.
