Disclaimer: Los Vengadores no me pertenecen, son de Disney y de Marvel, solo la historia y los personajes que no reconozcan son míos.
Steve
No podía dejar de pensar en el hecho de que Zemo estaba en la misma base que nosotros. Había escuchado terribles historias en el frente acerca de las diferentes torturas que aquel hombre llevó acabo con presos de guerra, mis compañeros de combate; pero no solo eso. Era un rumor que corría cada vez más fuerte entre las tropas, muchos hombres hablaban de horribles prisiones traídas desde el mismo infierno donde los alemans forzaban a mujer, niños y ancianos a morir por tener creencias diferentes a las suyas.
—Los descansos han terminado—la voz de Visión me sacó de mis cavilaciones—A partir de mañana tendremos nuevas excursiones hacia los campamentos enemigos, está funcionando la combinación de nuestros batallones, los alemanes no saben que esperar de nosotros. ¡Rompan filas!—ordenó, dando por finalizada la conversación.
Obedecimos inmediatamnete; los batallones se separaron hacia sus respectivas barracas, yo esperaba encontrarme de nuevo con Natasha, pero parecía que no sería mi día de suerte. Últimamente no podía dejar de pensar en ella, en las semanas que llevabámos conviviendo se había vuelto parte escencial de mi vida y eso me irritaba profundamente.
—Me haces falta a las excursiones de los burdeles—dijo Bucky, sentándose a mi lado en la carpa comedor—Las rusas son explosivas y no es lo mismo sin tí.
—¿Acaso esperas un trío o porque me necesitas para follar?—me quejé.
—Ahora que lo pienso, no sería mala idea...pero nunca te ha gustado compartir tus juguetes, sinvergüenza.
Fue mi turno de enrojecer mientras Clint reía a carcajadas. Algunos de nuestros compañeros soltaron pequeñas risitas, seguramente incómodos por burlarse de su superior.
—¿O acaso vas a compartir a Romanoff?—preguntó Clint en voz baja, alzando ambas cejas.
Dejé caer los puños sobre la mesa, comenzaba a molestarme cada vez más con sus comentarios.
—No hay nada entre Natasha y yo, deberían dejar de ser así.
—¿Así cómo?—se burló Bucky.
—Le están faltando al respeto a una mujer, eso no es correcto.
Las miradas de mis compañeros se oscurecieron, ya nadie prestaba atención a nuestra conversación.
—Hemos hecho cosas peores...solo queremos un poco de diversión, Steve.
—Con Natasha, no—sentencié—Además, están el resto de las chicas de la flota para que puedas entretenerte, Bucky. No crees que no me he dado cuenta de como miras a Wanda Maximoff.
Esta vez fue mi turno de reír sin poder evitarlo, pues terminé la oración y veía el rostro de mi amigo fruncirse en una mueca de desagrado.
—¿Para que molestarse?—me dijo—¿Para qué Visión me mate?
Aquello desvió el rumbo de la conversación, pues no era un secreto a voces que nuestro Teniente había discutido fuertemente en más de una ocasión con Wanda Maximoff, pero la chica estaba bien protegida por diferentes conexiones en la Unión Soviética como para ser castigada. Después de hacer los ejercicios de aquella tarde, pasamos a nuestra barraca donde compartimos unos cigarrillos que Bucky había intercambiado en el pueblo.
—¿Qué es lo que dice la cajetilla?—pregunté curioso.
No se parecían en nada a los que teníamos en Estados Unidos, estaba segura que debería ofrecerle unos cuantos a Natasha para que probara lo que realmente era bueno. Cerré los ojos, riñéndome internamente por pensar en ella pero fui interrumpido porque tocaban a la puerta.
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Timeless
Romance1942. Las brujas de la noche, un grupo de pilotos que han derribado cientos de aviones alemanes cometene el error de tirar tres caza Americanos. Steve Rogers, reconocido piloto conocerá a Natasha Romanoff, y su vida dará un giro que jamás esperó. ¿P...