16. She had a marvelous time ruining everything.

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Disclaimer: Los Vengadores no me pertenecen, son de Disney y de Marvel. Solo la historia y los personajes que no reconozcan son míos. 

NOTA: Negritas en ruso

Steve.

Aquello no iba a quedarse así. Peggy simplemente no podía decirme que me conseguiría una cita con una "persona especial" y darse la vuelta. Avancé varios pasos detrás de ella, con Bucky y Yelena siguiéndome con curiosidad.

—¡Vamos, Peg! ¡No puedes dejarme así! ¡Tienes que decirme con quien!

—¿Con quién qué?—preguntó Yelena, que no había alcanzado a escuchar todo.

–Tengo una amiga que estará encantada de conocer a Stevie—sonrió Peggy, alejándose de nuevo de sus compañeras—Ellas estuvieron en la guerra, en el sitio de Stalingrado, supongo que podrán encontrar muchas experiencias comunes, ¿no creen?

Negué con la cabeza al ver que Yelena y Bucky sonreían con la misma emoción de Peggy, ¿por qué me hacían esto? Había pasado muy poco tiempo desde que perdí a mi amada, no podían esperar que la olvidara tan pronto, ¿o sí? No hay instrucciones para superar la perdida del amor de tu vida.

—¿Y cuándo será esa reunión?

—¡Déjame convencerla!—me pidió Peggy—Te juro que no te arrepentirás.

Fruncí el ceño, aún más confundido.

—Así que...¿tu amiga no sabe? ¿Cómo se llama? ¿Quién es? ¡No puedes decirme eso y dejarme a la mitad.

—Se apellida Rogers, como tú, pero estoy segura que no es tu familia.

Fue lo último que dijo antes de perderse entre la gente que se encontraba en Neirs, llenando el lugar en busca desesperada de sentir algo diferente al dolor de la guerra.

—¿Cómo que Rogers? ¡No me puede dejar así!

Bucky y Yelena habían conseguido llevarme de vuelta a la barra donde me pidieron un fuerte vaso de vodka para que me tranquilizara, porque mi cabeza parecía dar vueltas en cientos de sentidos.

—Tal vez te está jugando una broma, para que puedas tener más interés en la chica—dijo Yelena, encogiéndose de hombros.

—¿No te molesta?—pregunté abruptamente.

Mi cuñada me puso una mano en el hombro, haciendome sonreír.

—Lo que más deseaba Natasha es que fuéramos felices; si encuentras en esta otra mujer a alguien que te haga sentir ella estará velando por ti desde donde quiera que esté.

—¿Podemos hablar de un tema menos sombrío?—interrumpió Bucky—¡Salimos para divertirnos!

Debía reconocer que tenía razón y no quería pensar en inguna otra mujer; estaba seguro que la única que tendría en mi vida era Natasha. Alcé mi vaso, chocándolo con el suyo y cambiando el tema a las apuestas que manteniamos de la serie mundial de baseball.

—No creo que los Dodgers ganen este año; se necesitará tener un milagro para conseguirlo—le dije—¿En verdad piensas que haya una posibilidad?

—Tienen que ganar—dijo Bucky—Los ruomores de que se los llevarán a Los Ángeles son cada vez más fuertes, hay más inversores en aquella zona.

Nuestra conversación se vio interrumpida porque se escucharon pasos detrás de nosotros, de alguien notablemenete ebrio.

—¿Quién carajo permitió que una mujer estuviese en la barra?—murmuró, golpeando la mesa junto a Yelena—¿Qué haces aquí, putita? ¿No estarías mejor en mi cama?

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