Epilogo. I'm making a comeback to where I belong

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Disclaimer: Los Vengadores no me pertenecen, son de Disney y de Marvel. Solo la historia y los personajes que no reconozcan son míos. 

NOTA: Negritas en ruso. 

Para Gabriela Bueno, gracias por ser mi amiga y mi apoyo al escribir cada historia que pasa por mi mente. 

Natasha

La vida me había cambiado en segundos, varias veces y de tal manera que terminé por aprender a no confiar en la seguridad o en la cotidianidad; por más que ahora era diferente me aferraba a la idea de que todo me sería arrebatado de un momento a otro, era por eso que abrazaba a mis hijos un poco más fuerte cada día, antes de enviarlos a la escuela.

—No tienes que preocuparte por nada—me decía Yelena, cada vez que regresábamos a casa—Ellos saben mejor que nosotras como ser americanos.

—Creo que nunca podré dejar ir las sombras del pasado—respondí—Al menos, no del todo.

Cada día se iba haciendo un poco más de lo mismo, pero no podía confiarme en eso. Steve y yo éramos una pareja sólida y feliz, pero sobre todo libre. Podíamos caminar tomados de la mano por las calles, celebrar fiestas con nuestros amigos y ver crecer a nuestros niños sin temor de ser separados o llevados presos.

—Deberías ponerte a pensar mejor en el cumpleaños de tu marido—regañó mi hermana—¡Así ocuparás tu mente en otra cosa!

Era un año diferente a los demás, Steve cumpliría cuarenta años e incluso nuestros amigos británicos vendrían a celebrar, así que preparábamos una parrillada en los jardines de la casa. Los niños estaban en la escuela y mi marido en el trabajo, así que me concentré en los preparativos pendientes con Yelena, quien realmente me estaba estorbando más de lo que me ayudaba.

—¿Por qué sigues sentada en mi sofá en vez de ayudarme con la cocina?—regañé.

—No entiendo porque no le pagas a alguien para que te ayude—se encogió de hombros—Tienes el dinero suficiente.

La vida había mejorado mucho desde que Steve y yo nos reencontramos. Él había conseguido vender algunas pinturas que retrataban los horrores de la guerra, colocándolo en la mejor situación económica para dejar su trabajo anterior mientras yo tocaba el violín ocasionalmente en algunas salas de ópera, dándonos una posición que ninguno de los dos jamás soñó, pero que sería la realidad de nuestra familia.

—Porque quiero que las cosas salgan como yo las deseo y la única forma de hacerlo es por mis propias manos.

—En menos de dos horas, los chicos van a estar corriendo por los jardines y van a estorbar en vez de ayudar.

—¡Justo como tu lo estás haciendo!—reclamé.

Finalmente, logré convencerla de que levantara el trasero y me ayudara, consiguiendo tener todo listo para cuando Steve y Bucky llegaron con los niños. Todavía no podía creer que eran míos y mi corazón explotaba de felicidad al verlos.

—¡Vayan a cambiarse!—ordené—El resto de los invitados están por venir.

Recibí tres besos en las mejillas, seguidos de risas mientras los veía perseguirse hasta la segunda planta. Yelena y el resto había salido a los jardines para preparar la parrilla, así que me permití sentarme en el sofá. Cerré los ojos por unos segundos, sintiendo un terrible mareo apoderarse de mi. No podía perder el conocimiento en ese momento, cuando los niños estaban bajo mi cuidado y bajarían en cualquier momento.

—¡Caroline!—decía mi hija, forzando más mi consciencia a mantenerse en ese momento—¡No corras tan rápido! ¡Espera!

Marine, la pequeña de Bucky y Yelena corría tomando la mano de mi Daisy, quien no paraba de reír. Alguna de ellas había tenido la idea de usar vestidos iguales, encantándonos al resto.

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⏰ Última actualización: Aug 16 ⏰

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