Disclaimer: Los Vengadores no me pertenecen, son de Disney y de Marvel. Solo la historia y los personajes que no reconozcan son mios.
Natasha.
Pensé que al encontrar al hombre de mi sueños todo sería más fácil pero estaba completamente equivocada. No lo había reconocido inmediatamente, no había podido saber quien era; me había dado un golpe horrible de realidad al darme cuenta de eso, no desperté con el beso de amor como en los cuentos de hadas; seguía estando en el horrible infierno en el que desperté.
—¿Qué piensas acerca de ir a mi casa?—me preguntó Steve, después de la cena—Me gustaría que mis padres supieran que te encontré, que estás conmigo—tomó aire, como si estuviera controlándose para no llorar—les he contado mucho de ti, lo que significas para mi, si...si crees que es dificil podríamos hacerlo otro día, yo no tengo problema.
Habíamos pedido la cena, Steve insistió en que continuáramos con la cita como si fuéramos desconocidos, pero inevitablemente volvíamos al mismo tema. Ambos éramos incapaces de comprobar que yo era realmente Natasha Rogers, pero todo coincidía.
—¿Yelena estará allí?
Necesitaba ver a la chica que decían era mi hermana, estaba desesperada por probar que ella me haría recordar. Debía saber quien era con solo verla, ¿no es así?
—Podemos ir a casa, no vivimos tan lejos...aún—dijo con una media sonrisa—de hecho, técnicamente vivimos juntos.
Dejé a un lado el plato de pasta que comía, confundida.
—¿Cómo?—frunci el ceño—¿Vives con mi hermana?
Steve se ruborizó profundamente, se veía en sus mejillas, su cuello y sus orejas. Algo se removió en mi interior ante esta imagen y no pude evitar extender la mano para acariciar su mejilla, haciendo que él tomase mi mano con cariño, besándola antes de hablar.
—Tu hermana está casada con mi mejor amigo—reconoció, dándome un dato que no parecía conocer—se casaron unos meses después de nosotros...—casperreó—de que desapareciste también; y se mudaron a un apartamento que está encima de la casa. La había comprado para nosotros dos; pero no era capaz de vivir solo en ese lugar así que...les vendí una parte a ellos.
Apreté la mano que había sostenido la mía, conmovida. Aunque no lo recordaba, podía sentir el dolor de aquel hombre por haber perdido al amor de su vida; ¿Se sentiría tan extraviado como yo? ¿Le dolería tanto el corazón como a mí?
—Me gustaría ir, entonces—dije con una sonrisa—¿crees que estarán disponibles ahora?
—¡Estarán encantados de verte! ¡Yo sabía que seguías con vida, mi tsarina!
Terminamos la cena, Steve parecía un niño que había recibido sus regalos de navidad cuando extendí mi mano para que la tomara; me ayudó a ponerme mi abrigo y caminamos hacia el tranvía.
—¿Vienes mucho por esta parte de la ciudad?—le pregunté, desesperada por hacer conversación—¿Qué has hecho después de la guerra?
—Realmente nada—respondió avergonzado—Vagar por la ciudad y emborracharme de vez en cuando...
Mi estómago dio un vuelco, no esperaba esa respuesta; intenté poner mi mejor cara, algo me decía que había sido una maestra en aquella acción desde mucho tiempo atrás, simplemente alcé una ceja y pretendí mirar el camino.
—¿Encontrando lo que las neoyorquinas están dispuestas a ofrecer?
Steve se detuvo en seco, tomando mis dos muñecas para hacerme girar y mirarlo a los ojos.
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Timeless
Romance1942. Las brujas de la noche, un grupo de pilotos que han derribado cientos de aviones alemanes cometene el error de tirar tres caza Americanos. Steve Rogers, reconocido piloto conocerá a Natasha Romanoff, y su vida dará un giro que jamás esperó. ¿P...