Alexis Moore
- Disculpen- todos los presentes en el aula dirigimos nuestras miradas hacia la persona de la cual provenía la voz.
El profesor hizo un gesto con la cabeza, invitándolos a entrar. Los estudiantes nos miramos entre nosotros al ver que las personas en cuestión iban con trajes elegantes, quizá demasiado.
- Soy el agente Ortiz y este es mi compañero Clain, somos del FBI- habló uno de ellos enseñando sus placas.
- ¿Qué hace el FBI en una universidad? - preguntó alguien lo suficientemente alto como para que los murmullos creados, cesaran.
- En unos momentos les explicaremos todo, pero ahora necesitamos que nos acompañen a la sala de actos, así que por favor...
Nos fuimos levantando, aún algo confundidos, y salimos del aula. Los pasillos estaban a reventar de gente, intenté buscar a alguien a quien conociera entre todo el gentío. Vislumbré una cabellera roja, así que, entre empujones, me dirigí hacia allí.
- ¡Beca!- la cogí del brazo, haciendo que me mirara.
- ¡¿Sabes qué está pasando?!- me preguntó en un grito, ya que con tantas voces alrededor no podía escuchar ni mis pensamientos.
- ¡El FBI quiere que vayamos todos a la sala de actos!
- ¡¿Por qué?!
- ¡No tengo ni idea!- la gente seguía chocando con nuestros cuerpos- ¡Vamos!
La arrastré yendo a la misma dirección que todos. Cuando llegamos, el auditorio estaba lleno de gente, tanto estudiantes como personal docente y no docente.
- ¡Chicas!- se acercó corriendo Rose- Ha venido...
- El FBI- dijimos Beca y yo al unísono.
- ¿Alguna teoría conspiranoica?- preguntó para aliviar un poco el ambiente, que se encontraba algo tenso.
Antes de que alguna de las dos pudiera contestar, se subieron al escenario los mismos agentes de antes, pero esta vez acompañados de dos patrulleros, y con el director a un lado.
- ¡Atención!- cuando habló el director, todo el mundo dejó de hablar para prestar atención a lo que diría- Estos agentes quieren hablar con vosotros.
Dio un paso, tendiéndole el micrófono al que, si no me equivocaba, era Ortiz.
- Buenos días, como varios sabréis ya, somos agentes del FBI. Hemos venido aquí para investigar una desaparición y posible homicidio.- La gente empezó a murmurar, y Ortiz le pasó el micrófono a Clain.
- Hemos recibido un vídeo de una fuente, la cual no podemos revelar, en el cual se puede ver la perpetración de un posible homicidio. Los técnicos informáticos han identificado a la víctima como Henry McGaber, un alumno de tercer año de esta universidad.
En el proyector apareció la foto de un veinteañero castaño con los ojos marrones. Dirigí mi mirada a un lado de la sala, dónde encontré a Giovanni, serio. Supongo que sintió mis ojos clavados en él, porque giró su cara, haciendo que nuestras miradas chocaran, y que yo pudiera vislumbrar lo tenso que se encontraba.
- Nuestros compañeros han cerrado el edificio, por lo tanto, de aquí no sale ni entra nadie, a menos que nosotros lo permitamos. Os vamos a hacer unas preguntas a cada uno, y no os preocupéis, es pura rutina. Gracias.
Antes de que me pudiera dar cuenta, volvieron los murmullos, los gritos y las quejas. Rose, Beca y yo nos encontrábamos mudas, no sabíamos qué decir, cada una intentaba asimilar que podíamos ser sospechosas de asesinato.
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Nuestro testigo, la Luna
Jugendliteratur"Cuando abres el baúl de los recuerdos para sacudirlo, son los recuerdos los que terminan sacudiéndote a ti", Claudia Marcela Palacio Bueno. Siempre pensé que este tipo de frases eran tonterías, frases sentimentalistas que la gente utilizaba para g...