Capítulo 14

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Alexis Moore

Pregunta: ¿Qué tiene la vida contra mí? Si no he hecho nada malo. Con la cantidad de cafeterías que hay en este pueblo, ¿tenía que venir a esta? Vi como Leslie se acercaba a paso lento, así que la cogí del brazo, haciendo que entrara rápidamente en la cocina, cerrando la puerta detrás nuestro.

- ¿Qué pasa?- preguntó extrañada, mientras se tocaba el brazo.

- El chico que estaba en la barra, ¿viene mucho por aquí?

Su cara demostró confusión mientras pensaba, pero entonces pareció ubicarlo.

- Supongo que hablas de Giovanni. Sí, es habitual. Viene casi todos los días. ¿Pasa algo con él?

- No es nada importante, pero puedes atenderlo tú- junté mis manos, en modo de súplica.

- Lo siento, pero se ha empezado a llenar el local.

Caminó por mi lado mientras me daba unas palmaditas en el hombro y salía. Cogí aire y me dirigí hacia la barra.

- ¿Qué puedo servirte?- cuestioné. Al ser un cliente tendría que hablarle de usted, pero me negaba a pasar por esa humillación.

- ¿No deberías hablarme de usted? Soy un cliente-

"¿Este lee la mente o qué?", pensé.

- ¿Qué puedo servirte?- volví a preguntar, aparentando que no me importaba que estuviera aquí, pero yo sabía que no era cierto, y probablemente él tuviera una ligera sospecha.

Vi como sonreía, casi imperceptiblemente, y agachaba la cabeza.

- Un macchiato me iría bien- habló con un marcado acento italiano.

- Claro- me di la vuelta, dispuesta a caminar hacia la cocina, pero al escuchar su voz frené.

- Lo antes posible- lo miré incrédula, y en su cara pude divisar una expresión de satisfacción.

- Lo tendrás cuando termine de hacerlo, así que deja de exigir cosas, o te tiro por la ventana- dije sin pensar.

- ¿Me tirarías por la ventana?- cuestionó como si estuviera ofendido.

- Sí, y no me arrepentiría- lo último lo dije en un susurro.

Me dispuse a preparar, el pedido, ignorando el par de ojos que seguían meticulosamente mis movimientos.

Después de unos minutos dejé la taza enfrente de él.

Al ver que no decía nada, decidí hablar.

- Se dice gracias- dije empezando a limpiar el otro lado de la barra.

- Gracias, señorita Moore.

- De nada- murmuré.

Nos quedamos en silencio, escuchando la música que sonaba en la radio. Por el rabillo del ojo, vi como se acercaba un hombre de unos 25 años, probablemente para pagar, y lo confirmé cuando lo vi pararse delante de la caja.

- Serán 6 con 29- me dio un billete de 10, así que abrí la caja para coger el cambio. Cuando estaba a punto de cerrarla escuché la voz del "chico Macchiato".

- Oye tío, sus ojos están más arriba.

Levanté la vista fijándola en el sujeto delante de mí, que ahora lo miraba como si le quisiera matar.

- Tú métete en tus asuntos- habló el hombre seriamente.

- Ella es mi asunto, así que coge tu cambio y lárgate de aquí- dio un paso, acercándose a él.

Nuestro testigo, la LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora