Capítulo 27

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Capítulo 27

Alexis Moore

- ¡Lex!- me giré al escuchar cómo alguien gritaba mi nombre, resonando por los pasillos y haciendo que algún que otro estudiante se girara a mirarme. Vi como Rose se acercaba a mí corriendo a toda velocidad, una vez llegó a mi lado, puso una mano en mi hombro, apoyándose, mientras intentaba recuperar la respiración- ¿Estás bien? ¿Por qué no has contestado a ninguno de mis mensajes?

- Tranquila Rose, respira, que parece que te vayas a ahogar.

Expìró sonoramente antes de pasarse una mano por el pelo y que empezáramos a caminar hacia la biblioteca.

- ¿Por qué tan acelerada?- pregunté aguantando la puerta para que no se cerrara y pudiera pasar.

- Estaba preocupadísima por ti, ¿por qué no me has contestado a los mensajes?

- Buenos días- se acercó Beca y se sentó al lado de Rose, por lo tanto, las tenía a las dos delante. Una mirándome como si hubiera cometido un crimen y la otra extrañada, al ver la expresión de la primera- ¿Todo bien?

- Sí, solo que ayer casi se me sale el corazón cuando estuvo todo el día sin contestarme ninguno de los mensajes que le envié.

- Rose, cálmate, puede que simplemente no tuviera tiempo de contestarte o que se le hubiera olvidado, a veces pasa, tú lo sabes mejor que nadie- dijo la pelirroja abrazándola por los hombros.

- Eso pensaría yo en una situación normal, pero el problema es que ni siquiera recibía los mensajes- habló haciendo que Beca me mirara, interrogante.

- Tampoco os pongáis así, solo estaba con alguien- me hicieron un gesto con las manos para que continuara-. Estuve con Giovanni, le planté cara por lo que me dijisteis, lo amenacé.

- ¡¿Que hiciste qué?!- gritaron las dos a la vez, haciendo que varias personas nos miraran y las mandaran callar. Sonreí hacia ellos en forma de disculpa.

- No os alteréis, no pasó nada grave.

- ¿Cómo quieres que no nos alteremos? Te dijimos que tuvieras cuidado, puede ser un asesino que torturó a un chico de veinte años. ¿Eres consciente de lo que podría haberte hecho?- cuestionó Rose.

- No fue él, no mató ni a Henry ni al testigo.

- ¿Cómo lo sabes?

- Me lo explicó todo, no tenía ningún motivo para matarlos, a ninguno de los dos, además, tiene coartada.

- ¿Y vas a creer todo lo que te dice?

- Si tiene pruebas, sí, y las tiene.

- Pues explícanoslo.

Suspiré, antes de contarles lo que me dijo Giovanni, eso sí, excluyendo el hecho de que pertenecía a una mafia, solo les dije que tenía algunos negocios que no eran muy legales, eso es lo que hacía en esos almacenes.

- ¿Qué tipo de negocios?

- No os puedo contar más, es por vuestra propia seguridad, no quiero que os pase nada.

- ¿Y cómo sabemos que no te va a pasar nada a ti?- interrogó Beca.

- Sé defenderme, además, Giovanni ya me ha dicho que, en caso de que fuera necesario, pondría a algunos de sus hombres a cargo de mi seguridad.

- ¿Tiene hasta hombres de seguridad? ¿Pero quién es ese hombre, un mafioso o qué?

Hice un gesto con mi mano como si mis labios estuvieran sellados.

Nuestro testigo, la LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora