Capítulo 24

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Alexis Moore

- Que tenga un buen día- dije con una sonrisa entregando el café y guardando el dinero en el cajero.

Al ver que no quedaba nadie más a quien atender, solté un suspiro pesado y me pasé las manos por la cara... y me acordé de que llevaba rímel puesto.

Mierda.

Cogí el móvil con rapidez y puse la cámara frontal, solté un suspiro de alivio al notar que no se me había quitado nada y mi maquillaje estaba intacto.

- No te preocupes- dijo el pelinegro a poco más de un metro de distancia de mí-. Sigues igual de guapa.

Rodé los ojos con una sonrisa y me puse a limpiar la barra con un trapo. Giovanni se había pasado por la cafetería para devolverme la carpeta que le pedí que guardara, solo rezaba para que me hubiera hecho caso y no la hubiera leído.

- ¿Desde cuándo me consideras guapa?- bromeé.

- Desde siempre- contestó tomando un sorbo de la taza sin apartar su mirada de la mía.

- ¿No me digas?- pregunté acercándome y apoyándome en la barra, hasta quedar cara a cara.

Hizo un sonido de afirmación haciendo lo mismo que yo y pasándose la lengua por los labios.

Cómo vuelva a hacer eso delante de mí, me pierden.

- Y a usted, señorita Moore, ¿hay alguien del pueblo que le parezca atractivo?

- Puede ser... Pero no es algo que le confiaría a usted, señor DeLuca.

- ¿Por qué?

- Principalmente por...

- ¡Disculpe, señorita!- me interrumpió alguien haciendo que sonriera enormemente al ver cómo Giovanni cerraba los ojos con fuerza y suspiraba sonoramente, a la vez que se frotaba las sienes.

- Supongo que tendrá que esperar- dije alejándome para atender a la persona que me había llamado, pero él fue más rápido y me cogió del brazo, volviendo a colocarme en la posición en la que me encontraba hacía unos segundos.

- No creas que esta conversación ha terminado aquí, dolcezza.

- Probablemente no, pero por ahora sí.

Me solté de su agarre y di la vuelta a la barra para acercarme a la mesa del cliente que me había llamado sin quitar mi sonrisa.

- ¿En qué puedo ayudarle?

- ¿Podría subir un poco el volumen de la televisión, por favor?

- Claro, ahora mismo lo subo- hablé, haciendo un amago de darme la vuelta, pero me frenó al volver a hablar.

- Y una cosa más...- lo miré esperando que prosiguiera- Lamento si puedo parecer un metomentodo, solo quería decirle que su novio y usted hacen una pareja preciosa- señaló a Giovanni con la cabeza.

- Espere, ¿qué? No, no, no, no. No somos pareja, es un... amigo- contesté rascando mi brazo ante el nerviosismo, sobre todo al sentir una mirada perforarme la nuca.

- Ah, pues lamento la confusión.

- No se preocupe.

Volví detrás de la barra, cogí el mando y subí un poco el volumen, todo eso intentando ignorar a Giovanni.

- ¿Lo ves? Hasta los desconocidos creen que hacemos una muy buena pareja- rio.

- Ya te gustaría ser mi pareja.

Nuestro testigo, la LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora