Amar A Escondidas (Countryhumans - Perú x Todos?)

✧•Capítulo 20: Corriendo Detrás De Ti•✧

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Los ojos de Rusia se abrieron de par en par, teniendo una mirada de confusión y rabia mezclada, no creía lo que veía... y mucho menos entendía el porqué. - ¿Finlandia?

Y así era. Aquel europeo se había interpuesto entre el eslavo y el latino, deteniendo la navaja con su mano derecha, la cual había sido completamente atravesada, con chorros de sangre saliendo por segundos, a pesar de eso, el blanquiazul no se inmutó, tampoco le tomaba importancia, solo agarró la navaja de Rusia, arrebatándosela sin esfuerzo.

- ...Si URSS no pudo conmigo... no esperes mucho de ti. - pronunció, sacando la navaja de su mano, y clavándosela en el hombro del ruso, cerca de su clavícula. - Si descubro que intentaste atacar a Perú otra vez... no dudes en que atacaré tu territorio; no me des lastima... y lárgate.

La mirada que tenía ese country... tan fría y severa, insensible y cruel, manipulativa y despiadada; estaba tan seguro de sí, mostrando superioridad en cada sentido existente... que irritaba al eslavo, sin embargo, admitía que tenía razón en algo... Finlandia podría verse tranquilo, responsable, y hasta inofensivo... pero realmente era peligroso, estratégico, meticuloso, vengativo... un asesino por excelencia.

Rusia definitivamente sabía que no debía subestimarlo... y mucho menos provocarlo, así que solo le dio la espalda, quitándose la navaja y guardándola en el bolsillo de su saco, mientras lo veía por encima del hombro. - Un consejo... ten cuidado cuando te fijas en un tercermundista... suelen ser muy falsos con sus sentimientos. - enunció, caminando en dirección opuesta, volviendo al salón principal.

El blanquiazul quedó en silencio unos segundos, luego dirigió su mirada hacia el blanquirrojo, mostrando notable preocupación en sus ojos... al menos para él. - Perú, santa mierda, ¿te encuentras bien? ¿te hizo algo? ¿te lastimó? - preguntaba, palpando con suavidad todo su cuerpo, revisando sus hombros, cabeza, espalda, etc.

- ... - el peruano estaba sonrojado por su toque, pero más aún... por lo presenciado; la forma en como lo protegió... le resultó excitante y adorable al mismo tiempo, e inconscientemente, apareció un brillo en sus ojos. - Sí... estoy bien, gracias por... por aparecer, fue... fue muy... bueno... ya sabes... quiero decir...

La vista que tenía Finlandia no se podía comparar, verlo actuar tan tímido frente a el... fue único, en especial, por esa miradita; solo contemplarlo resultaba encantador, era como encontrar diamante en un océano de sangre. - Descuida, estaré para ti, solo... llámame cuando necesites ayuda, ¿de acuerdo?

- Cla-claro, lo tendré en cuenta.

Fue entonces, que el finlandés tomó delicadamente su mano izquierda, pero esto causó un leve quejido en el peruano, quién se apartó de inmediato, confundiendo al europeo por su reacción. Al ver la mano del bicolor, notó como este tenía marcas en su muñeca... y ya suponía quién se las causó.

- Dime la verdad... ¿qué te hizo?

- ...Él... me rompió la muñeca.

- ...

- ...Ugh, lo siento, ¿okey? Pero cuando vi el daño que recibiste... tú... estabas peor que yo, no necesitaba darte más problemas. - de pronto, sintió como Finlandia le daba un suave golpe en la cabeza. - ¡Oye! ¿eso por qué?

- Eso es por mentirme. - y le dio otro golpecito. - Eso por creer cosas tan tontas como darme problemas; la herida en mi mano no es nada, ¡deja de preocuparte! - uno más. - Y eso... por meterte con el ruso y no decirme nada para darte protección.

El peruano se frotaba la cabeza, la última si le llegó a doler un poco. - Está bien, está bien, mensaje entendido, pero... de todas maneras debemos tratarte primero.