Amar A Escondidas (Countryhumans - Perú x Todos?)

✧•Capítulo 23: Danza Angelical Infernal•✧

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El peruano comenzó a caminar nuevamente en dirección del salón principal, mordiéndose el labio inferior con brusquedad, mientras se esforzaba por contener aquellas lágrimas que amenazaban con escapar de sus ojos.

Ver al argentino... únicamente le recordaba como es que llegó hasta ese punto de quiebre.

Perú tal vez podía ser "un poquito" orgulloso, sin embargo, algo que nunca lograba... era mentirse a si mismo por mucho tiempo, y, era en este tipo de casos, donde no negaría sus sentimientos y emociones; en el fondo de su corazón, aún amaba a Argentina, incluso después d todo lo q sucedió con él en aquellos años de guerra, sin embargo, no podía culparlo, su relación había durado décadas... para romperse en segundos.

Por otro lado, la albiceleste se encontraba "enojado", y no solo porque su plan no salió como esperaba, sino, porque entraba en razón. - No me perdonará... nunca lo hará.

- Bueno weón, tenés que admitir, que no te mereces ninguna reconciliación con él.

- ... ¿Y vos con que derecho me lo decís? ¡Fue por vos que nuestra relación se quebró! ¡fue por vos que Perú odia estar en un mismo lugar que yo! ¡y fue por vos...! que toda mi vida se está desmoronando.

- ... ¿Por qué siempre buscas a un culpable para todo lo que te sucede? ¿Por qué ese culpable siempre tengo que ser yo? Escucha, no sé qué ocurrió entre Perú y tú para que terminaran, hasta ahora ningún país lo sabe, pero sea como sea... estoy seguro de que su ruptura fue por tus tontas, estúpidas, y crueles exigencias e inseguridades.

- Parces, parces, por favor, no tenemos porqué pelear como animales aquí... para eso existen las calles; ahora, no causemos más alboroto y volvamos a cuidar a nuestro amigo, somos adultos, no niños, demostramos eso. - pronunció Colombia, para luego mirar fijamente a Argentina, colocando su mano en el hombro de este. - Si quieres avanzar, primero reconoce que tus problemas son producto de tus decisiones, nadie te maneja en realidad, no pueden tenerte como un títere.

Venezuela, Chile y Colombia empezaron a caminar, alejándose cada vez más de aquel al que seguían llamando "amigo". Poco después, los tres latinos estaban de regreso en el salón principal, viendo cómo Israel y Arabia Saudita daban inicio al sexto acto: "Vals con cambio de Parejas".

Los countrys se posicionaron, formando cuatro grandes círculos que abarcaban toda la pista de baile, uno dentro de otro, con los dominantes, mayormente las potencias, en el primer y tercer círculo, y los "pasivos", en el segundo y cuarto círculo.

Entonces, la música se escuchó, siendo la señal de inicio.

Hicieron una pequeña reverencia al país que tenían enfrente, para que, enseguida, los países dominantes juntaran su mano derecha con la mano izquierda de su pareja, mientras posicionaban la otra en su cintura, a si mismo, los pasivos colocaban su mano libre en el hombro del mayor, comenzando a bailar al ritmo de la música.

¿Y nuestro blanquirrojo? Bailando con alguien del tercer círculo, europeo para ser exactos.

En ese instante, Perú tenía la mirada perdida en el piso, no podía concentrarse después de lo sucedido con su exnovio; únicamente se dedicaba a seguir con el acto, pero tenía mil pensamientos invadiendo su mente, dejándolo a la defensiva en ciertos momentos.

De pronto, en un cambio, al peruano le tocó bailar con un country que poseía máscara de cisne, esta, estaba decorada con pequeños cristales blancos y negros rodeando la parte de los ojos.

- ... ¿Hijo de Tahuantinsuyo? - intrigó repentinamente el europeo, se veía desconcertado, sin embargo, al reconocer esos hermosos ojos color sangre, no pudo contenerse. Sonrió cálidamente, contemplando a detalle los rasgos del sudamericano, suavizando su mirada al observar sus labios, a pesar de que estos estaban algo lastimados. - Que ironía del destino, creí que no tendría la oportunidad. - murmuró, acariciando con delicadeza la cintura del bicolor. - Mi ángel, te veía tan poco... pero te pensaba demasiado, que encantador regalo estar cerca de ti.