Narra Elliot
Me encuentro en el interior del auto, con la mirada fija en el oscuro almacén frente a nosotros. La lluvia cae sin piedad, y la tensión es palpable en el aire mientras el equipo se prepara para la acción. Lucy, nuestra experta en tecnología, revisa su portátil; Alex y Dylan mantienen sus armas listas. Mi rostro refleja la seriedad de la misión.
No hay margen para errores. La información es sólida, y tenemos certeza de que esta organización criminal está al borde de cometer un crimen de gran envergadura. La lluvia sirve como testigo silencioso mientras salgo del auto y me ajusto el chaleco antibalas, manteniendo una calma que contrasta con la tensión del momento..
Avanzamos en sincronía perfecta hacia la entrada del almacén. La lluvia convierte el suelo en una superficie resbaladiza, pero nuestros pasos son firmes y silenciosos. En la puerta, detengo el equipo y les miró con determinación. No podemos permitir errores. Levantó la mano, dando la señal.
—¡Equipo, prepárense! —ordenó en un susurro cargado de tensión, pero con una determinación inquebrantable—. Recuerden las reglas: seguridad en todo momento y sigan mi liderazgo.
Lucy asintió, Alex y Dylan aseguraron sus armas antes de tomar sus posiciones.
Me acercó sigilosamente a la puerta del almacén. Llegué a la entrada y me recuesto contra la pared, inhalando profundamente antes de dar la señal para atacar.
Con un gesto rápido, empuño mi HK416, Dylan derriba la puerta y gritó con autoridad: —¡FBI! ¡Salgan con las manos en alto!
La respuesta no se hace esperar. La puerta se abre de golpe, y hombres armados emergen de la oscuridad, sus rostros reflejando sorpresa y alarma. La adrenalina se dispara mientras evaluó la situación.
Cada segundo cuenta.
—¡Armas en el suelo! —ordené con voz firme y autoritaria, mis ojos fijos en cada uno de los hombres.
Las balas zumban a mi alrededor, pero mi entrenamiento y mi instinto de supervivencia se apoderaron de mí. Me desplazo de una cobertura a otra con agilidad, disparando con precisión mortal mientras mantengo a raya a los criminales.
Las ráfagas de disparos destrozan cajas, creando un caos a mi alrededor. El eco de las armas de fuego y los gritos de los criminales llenan el espacio, y la tensión es palpable. Mantengo a raya a los atacantes, avanzando hacia la posición de un hombre armado que se resiste con ferocidad. Nuestros ojos se encuentran en un instante, y en ese fugaz contacto visual, sé que él no se rendirá fácilmente.
Un pulso de adrenalina se dispara a través de mis venas mientras aprieto el gatillo, y una bala certera impacta en el blanco. El hombre cae al suelo, su arma resbalando de sus dedos inertes. Cada segundo parece una eternidad en esta batalla, donde la vida y la muerte se disputan en un juego de supervivencia.
Lucy, Alex y Dylan se mueven como una unidad bien entrenada, asegurando cada uno de los criminales derrotados y despojándolos de sus armas con precisión quirúrgica. Mi mirada escruta cada rincón, mis sentidos alerta ante cualquier movimiento sospechoso.
Después de un tenso minuto que parece una eternidad, doy la señal a mi equipo de que el área está segura. Hemos completado con éxito la operación y hemos desmantelado por completo esta red criminal. El alivio y la satisfacción se mezclan con la lluvia que empapa nuestra ropa y nuestros cuerpos exhaustos..
Mientras observo a mis compañeros subir a los detenidos al auto, mi mente se sumerge en una sensación de deber cumplido. Cada operación exitosa nos recuerda por qué elegimos este camino, a pesar de los riesgos y las tensiones constantes que conlleva. La adrenalina aún bombea en mi sistema, pero el resultado es una victoria inquebrantable.
ESTÁS LEYENDO
Flavors of Desire: Sabores del Deseo [En corrección]
RomanceAlessia es lo último que Elliot necesita, y él es la última persona en la que Alessia pensó que se vería involucrada.