Narra Alessia
—Puede ser... —Me responde con una mirada profunda, sus ojos anclados en los míos. El misterio de su mirada me hace preguntarme si acaso acaba de afirmar que le gusto.
La tensión entre nosotros se vuelve palpable, y la conexión que compartimos se profundiza con cada mirada y sonrisa. Las palabras se vuelven innecesarias mientras nos sumergimos en un momento de complicidad y atracción.
Elliot inclina la cabeza y roza sus labios con los míos en un beso suave pero apasionado. Cierro los ojos y me entrego al dulce sabor de sus labios, dejando que la intensidad de nuestros sentimientos fluyan entre nosotros. Cuando finalmente nos separamos, sus ojos encuentran los míos con un brillo intenso.
—Estoy deseando cenar en tu casa, Alessia. —Su voz es un susurro lleno de promesas y anhelo, como un eco de los latidos acelerados de nuestros corazones.
—Te espero a las ocho. —Mi voz es suave pero llena de anticipación, y siento que el tiempo se ha detenido mientras nuestros ojos se mantienen conectados en un entendimiento mutuo.
Nos vemos. —me besa antes de alejarse hacia su auto.
Me encuentro en mi cocina preparando la cena para esta noche. Mis manos se sumergen en la harina, y siento la textura suave deslizándose entre mis dedos. La salsa de tomate burbujea en la estufa, impregnando el aire con su aroma embriagador. En su interior, las hierbas aromáticas se entrelazan en una danza perfumada, y el aceite de oliva de la Toscana agrega un toque de sofisticación a la mezcla. El aroma que llena mi cocina es un homenaje a las noches en la casa de mi abuela en Italia, donde las comidas eran mucho más que simples actos de alimentación; eran momentos de amor y conexión.
Tengo todo preparado, solo falta cocer las pastas y arreglarme. Camino en dirección hasta mi armario y reviso camisetas, vestidos, pantalones y una variedad de opciones. Mi mente da vueltas, tratando de encontrar la combinación perfecta para esta noche.
—Por qué me estoy preocupando tanto por qué ponerme si esto es solo una cena, no es una cita. —murmuro para mí misma. —¿Y... si lo es?
Sacudo la cabeza, decidida a no dejar que los nervios y la ansiedad me controlen. Continúo buscando, y finalmente elijo un body negro de encaje con hombros caídos y unos jeans negros que combinan a la perfección.
Después de una relajante ducha, me miro en el espejo con el atuendo seleccionado y me siento satisfecha con mi outfits. Miro la hora en mi celular y solo quedan tres minutos para que llegue Elliot. Camino hasta la sala y abro el gran ventanal para recibir el aire fresco de la noche mientras espero, y así calmar mis nervios.
El timbre suena, y tomó aire lentamente, pasando mis manos por mi ropa para estirarla y quitar cualquier arruga. Mis pasos me llevan hacia la puerta, y mi corazón late con fuerza mientras tomo la manija y la giró para abrirla. Del otro lado, está Elliot, vestido con una camisa blanca ajustada al cuerpo y unos pantalones ceñidos. Sus ojos me recorren de arriba abajo con descaro, y no puedo evitar hacer lo mismo con él.
—Hola. —Hago un gesto hacia el interior—. Pasa.
Elliot entra con una sonrisa y se acerca a mí antes de besarme con la misma confianza de siempre.
—Hola, Alessia. Traje una botella de vino. —Su voz es cálida, y su mirada revela su deseo.
«Se le está haciendo costumbre esto de besarte». Habla mi subconsciente.
Mis pensamientos se agitan ante la cercanía de Elliot, y su comportamiento reciente se está convirtiendo en una agradable costumbre. Hace solo un par de días no podía estar cerca sin intentar provocarme o algo y ahora no deja de acercarse a mis labios.
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Flavors of Desire: Sabores del Deseo [En corrección]
RomansAlessia es lo último que Elliot necesita, y él es la última persona en la que Alessia pensó que se vería involucrada.