Alessia
—¿Estás cansada? —me pregunta Elliot, con una sonrisa mientras abre la puerta de su departamento.
—No, para nada.
Enciende todas las luces y el cálido resplandor dentro de su hogar nos envuelve, creando un ambiente acogedor impregnado de complicidad. Elliot cierra la puerta detrás de nosotros, acercándose con su presencia que irradia seguridad. Un cómplice silencio se forma entre nosotros, y sin necesidad de palabras, sus labios buscan los míos en un beso que trasmite la profunda conexión que compartimos. La suavidad de sus labios se entrelaza con la firmeza de su abrazo, creando una armonía de sensaciones que aviva la chispa de nuestro deseo latente.
—¿Te gustaría algo de beber? —ofrece, su voz resonando con un tono sugerente.
Asiento con una sonrisa, dejándome llevar por la sensualidad palpable en el ambiente. Nos dirigimos hacia la sala, y en el trayecto, nuestros cuerpos se rozan intencionalmente, como si cada contacto fuera una invitación a explorar más allá de las formalidades de la noche.
Elliot regresa con dos copas de vino blanco, y al ofrecerme la mía, nuestros dedos se rozan en un gesto que despierta una corriente eléctrica. La tensión sexual entre nosotros se intensifica, y en sus ojos encuentro el reflejo del deseo compartido.
—El vino es delicioso. —Le comento bebiendo un sorbo.
—¿Te gustó el vino? Lo escogí pensando que podría estar a la altura de tu buen gusto. —Dice con una sonrisa pícara.
Sonrió ante sus palabras. —¡Mmmh! definitivamente acertaste. Pero no te preocupes, no juzgaré tus elecciones vinícolas.
Elliot ríe. —Eso espero, no soy un experto, pero intento impresionar-te de vez en cuando. —Dice mientras coge mis piernas y las acomoda sobre su regazo, acariciandolas con ternura, generando un cosquilleo agradable que enciende un fuego sutil entre nosotros.
Su mirada intensa no abandona mis ojos, sus caricias siguen ahí enviando corrientes eléctricas por todo mi cuerpo.
Arqueo una ceja. —¿Ah, si? ¿Qué más intentas?
Jala mis piernas acercándome más a él provocando que mi vestido se enrolle y muestre más piel. —Intento conquistarte.
Mi boca se seca sintiendo un fuerte cosquilleo en mi vientre.
Elliot me mira intensamente, sus ojos verdes centelleando con determinación mientras sus manos exploran mis piernas con una delicadeza que contrasta con la pasión que arde en su mirada.
—Creo que lo estás logrando. Me está siendo difícil resistirme a tus encantos seductores —murmuro, mordiendo mi labio inferior con coquetería.
Elliot, con una sonrisa cargada de complicidad, acoge mi comentario como un desafío. Sus ojos, chispeantes de deseo, exploran cada rincón de mi rostro como si estuviera desentrañando los secretos más íntimos. La habitación se llena con la electricidad de la conexión compartida, y puedo sentir el pulso acelerado de mi corazón resonando en el silencio.
Con un gesto lento y deliberado, Elliot pasa delicadamente su pulgar sobre mi labio inferior, liberando mi labio de entre mis dientes, enviando corrientes de electricidad a través de mi cuerpo. Mi piel reacciona a su toque, y mi respiración se vuelve más profunda ante la anticipación de lo que está por venir.
—Seductor suena algo más informal. Prefiero ser un caballero que te hace sentir como la única mujer en la habitación.
—Lo logras a la perfección. —me pongo de pie y estiro mi mano hacia él. —¿Bailarías conmigo?
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Flavors of Desire: Sabores del Deseo [En corrección]
RomanceAlessia es lo último que Elliot necesita, y él es la última persona en la que Alessia pensó que se vería involucrada.