CAPÍTULO 9

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Narra Elliot

—Buenas tardes, señor, bienvenidos al Le Château de Luxe. ¿A nombre de quién está hecha la reserva? —sus palabras fluyen con la amabilidad característica de su trabajo.

—Elliot Blackwood —respondo con un tono firme, sin mostrar ninguna emoción.

El recepcionista verifica la reserva y asiente con profesionalismo. —Sígame, su mesa está lista.

Nos dirigimos hacia nuestra mesa, y tomo asiento, sacando mi teléfono para revisar la hora y responder algunos mensajes mientras espero a Emma.

La camarera se acerca a mí, mostrando cortesía, y eficiencia en su trato. Su sonrisa es como una máscara, ocultando cualquier signo de aburrimiento que podría experimentar después de repetir su discurso incontables veces.

—Buenas tardes y bienvenido a Le Château de Luxe. —Pongo los ojos en blanco interiormente. ¿Acaso no se cansan de recitar el mismo monólogo una y otra vez a lo largo del día?— ¿Puedo tomar su orden? —pregunta la joven atractiva, con cortesía.

—Estoy esperando a mi acompañante —respondo con una seriedad que parece inquebrantable.

—De acuerdo, volveré en unos minutos cuando su acompañante llegue.

Cinco minutos después, Emma hace su entrada con el recepcionista a cuestas.

—Hola gorila —me saluda con una sonrisa.

Pongo los ojos en blanco —¿Cuándo dejarás de llamarme así? Hola, Emma. ¿Cómo estás tú y la princesita?

—Nunca gorila. —sonríe—. Estamos bien, muchas gracias. La princesa está en el jardín de infantes y está demasiado emocionada porque se acerca su cumpleaños. Son cinco añitos —hace una mueca al final de la frase, y cambia su semblante en un milisegundo a su sonrisa. —¿y tú qué tal todo? ¿Alguna novia? Dime que si por favor te hace falta, debes volver a ser lo que eras hace cinco años.

—Emma, por favor no empieces. Sabes que el amor y yo no somos compatibles.

—Antes lo eran.

La camarera vuelve a llegar a nuestra mesa interrumpiendo. Toma nuestras órdenes y se retira, y con Emma continuamos con nuestra conversación. Alrededor de quince minutos después la camarera vuelve con nuestros platos. Emma me cuenta sobre Luciana y todas sus travesuras.

—¿No te molesta que las mujeres a tu alrededor te miren? — me pregunta Emma al mismo tiempo que pasa una chica y le guiño el ojo —Que descarado que eres.

Sonrió —Yo no soy descarado. Las descaradas son ellas. —llevo mi copa de vino a los labios— ¿Has visto que yo me de vuelta para mirar a cada mujer? Y respondiendo a tu pregunta. No, no me molesta que me miren.

—¿Cuando vas a buscar una mujer que le de color a tu solitaria y amargada vida?

—Me gusta mi solitaria y amarga vida. Además me gusta el control y la tranquilidad. —respondo con una sonrisa.

—No puedes seguir con tu vida así, tú sabes que a ni a Zac ni Sabrina les gustaría que estés así.

Me tenso. —No sabemos qué es lo que les gustaría a ellos, y ¿tú por qué no rehaces tu vida? — pregunto serio.

—Elliot.... Tengo una hija.

—Muy bien sabes que si necesitas que la cuide puedes pedírmelo a mí, o a su abuela que es mi madre. Ambos diríamos que sí. Hazlo para cuando tengas una cita o quieras salir con alguien. No solo cuando necesitas salir por  trabajo.

Flavors of Desire: Sabores del Deseo [En corrección]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora