CAPÍTULO 33

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Alessia

Me siento en las nubes; desde que Elliot me confesó que me quiere la noche anterior, no he dejado de sonreír, sintiendo una corriente eléctrica atravesar todo mi cuerpo. Cada palabra suya resuena en mi mente como una melodía suave, creando una mezcla de emociones que me elevan a un estado de felicidad indescriptible.

Cierro los ojos y revivo el momento en que sus labios pronunciaron esas palabras mágicas. La sensación de su aliento cálido acariciando mi piel, sus ojos que reflejaban sinceridad, pasión y sobre todo amor. Un amor profundo y cálido. Todo contribuyó a la creación de un recuerdo imborrable.

Cada vez que mi mente divaga hacia aquel instante, siento cómo mi corazón late con más fuerza. Es como si un fuego interno se encendiera, iluminando cada rincón de mi ser con una luz cálida y reconfortante. La corriente eléctrica que recorre mi cuerpo no solo es un cosquilleo superficial, sino una conexión profunda con las emociones que Elliot ha despertado en mí.

Termino de vestirme con unos jeans de mezclilla que se ajustan cómodamente a mis piernas, un suéter cuello de tortuga color blanco invierno que acaricia mi piel con su suavidad, y unos botines con tacos negros a juego. Salgo de la habitación y, al hacerlo, me sumerjo en el tentador aroma a café recién hecho que flota por el aire, estimulando mis sentidos y despertando mi apetito. El aroma es como una caricia acogedora que se desliza a través de la casa, creando un ambiente acogedor y hogareño.

Encuentro a Elliot sentado a la mesa, concentrado en la pantalla de su iPad. Su presencia agrega una capa extra de calidez a la escena cotidiana. La mesa, adornada con colores y sabores apetitosos, se convierte en un lienzo que despierta mi apetito. El croissant dorado y las frutas frescas emanan fragancias irresistibles, y la taza de café humeante promete ese impulso perfecto para comenzar el día. La combinación de aromas y colores crea un sinfín de tentaciones.

Elliot levanta la vista de su iPad al notar mi presencia, y sus ojos se encuentran con los míos en un instante de complicidad silenciosa.

—¿En qué momento preparaste todo esto? —pregunto sentándome a su lado. —Se ve delicioso. —murmuro observando la mesa con una sonrisa.

—Le pedí a Marta que preparara el desayuno.

Bebo un sorbo de mi café. —¿Y ella dónde está ahora?

—Fue a hacer las compras para llenar la despensa.

Asiento con una sonrisa y miro curiosa su iPad. —¿Qué haces? —muerdo un croissant.

—Solo unas cosas. —Responde, despegando la vista de su iPad para acercarse y besar mi mejilla.

Sonrío acercando mi taza de café. —Vaya, te despertaste misterioso.

Él se encoge de hombros. —Puede ser —responde, volviendo su atención a su iPad.

Niego con una sonrisa, y en ese momento, mi celular comienza a sonar, iluminándose con el nombre de Charlotte. Tomo el teléfono y deslizo para contestar.

—Hola. —saludo.

—Hola, ¿cómo estás? Oye, con Dylan pensamos en... almorzar juntos. Los cuatro, como una cita doble.

Elliot me mira con una ceja enarcada.

—Es Charlotte. —Gesticulo con una sonrisa. Elliot rueda los ojos y me muestra algo en su iPad.

—¿Qué te parece? ¿Pasar las fiestas de fin de año, en Vermont? —susurra.

Frunzo el ceño al mirar su iPad, ignorando la conversación con Charlotte.

—¿Vermont? —vuelvo a gesticular.

Elliot asiente con una sonrisa. —Unas pequeñas vacaciones juntos.

Flavors of Desire: Sabores del Deseo [En corrección]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora