hyulix II

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La confusión en mi cabeza no impidió que mi cuerpo se moviera hasta la puerta de su cuarto, me quedé parado frente a ella un momento intentando asimilar un poco de lo que pasaba o lo que estaba a punto de pasar. Eché un vistazo a la sala donde ya empezaban a caer rendidos los demás por culpa del alcohol y agradecí que Lix no había bebido durante toda la noche.

Fue solo un momento, pero sentí miedo. Algo contradictorio porque ese mismo miedo fue lo que me hizo girar la perilla de la puerta y encontrarme con la espalda de Felix, tanto su cuello como sus orejas estaban rojas, quizá por eso no se daba vuelta para mirarme.

Con todo el esfuerzo del mundo caminé hacia él despacio y lo abracé por detrás, pasé suavemente mis brazos hasta envolver su cintura y deposité un pequeño beso en su cuello–Tranquilo, no haré nada, solo déjame abrazarte un poco más.

Podía sentir sus nervios, lo conocía, malditamente que lo conocía y justo por eso me sentía tan desesperado, quería más, quería conocer partes de él que nadie más haya visto, quería despertar en él sensaciones nuevas, simplemente lo quería solo para mí.

Era codicioso y no sabía exactamente en qué momento había despertado esa parte de mí en él, quizá tenía que ver con la forma en que lo miraban, con ese nuevo look y lo virales que se habían hecho las fotos de él mostrando su abdomen. El recuerdo me hizo deslizar mis manos por debajo de su suéter y acariciar su bien formado cuerpo.

Estaba tan un hundido en lo que parecían ser celos que en algún momento por fin se dignó a dar la vuelta, mis manos lo seguían rodeando y las suyas se posaron cómodamente en mi pecho, nos miramos por un momento quizá muy largo no lo sabía porque estaba en un trance agridulce de poder tenerlo tan mío y a la vez sentirlo tan lejos.

–Puedes hacer lo que quieras conmigo–sus ojos tenían un brillo extraño, muy lindo para la petición que estaba haciendo.

–¿Estás seguro?--no aparté mi mirada de la suya y lo dije más serio de lo que imaginaba.

Asintió como respuesta y al momento volví a comerle la boca como hace poco lo había hecho en la cocina, mis manos se deslizaron hasta su trasero y lo apreté con ambas manos provocando que un gemido saliera de su boca. Gran error, eso iba a cavar mi tumba.

Una sonrisa se posó en mis labios y sin dejar de besarlo lo guíe para poder deshacerme del suéter y ser capaz de tocar su piel como quería. Obedientemente levantó los brazos y me dejó sacarlo junto con su playera, me tomé un momento para mirar su blanca piel y marcado cuerpo, lamí mis labios al recorrer su cuerpo con la mirada hasta toparme con sus lindos ojos que me pedían a gritos continuar.

No tenía suficiente de su piel, comencé a besar su cuello recorriendo desde atrás de sus orejas hasta su clavícula, la delineé con los labios mientras mantenía mis manos ocupadas en su trasero y piernas. Bajé un poco para poder seguir recorriendo su pecho y cuando me topé con sus lindos pezones no dudé en morderlos y succionarlos provocando más gemidos de su parte.

Usé mis brazos y puse una de mis piernas entré las suyas para sostenerlo, poco a poco se dejaba llevar por el placer y había encontrado una debilidad bastante linda por la forma en que apretaba mi cabello cada que succionaba sus pezones provocando que algo dentro de mí se incendiara.

Regresé a su boca y con la ayuda de mis brazos lo levanté para poder llevarlo a la cama, por inercia enrollo sus piernas en mi cuerpo y a pesar de que ya lo había recostado sobre la cama no se soltó. Lo dejé hacerlo solo por un momento pues tenía otros planes para él, sabía que teníamos todo el tiempo del mundo, pero el deseo de tener más de él me hacía actuar con desesperación.

Deslice mis manos hasta sus pantalones que tenía atrapado una notoria erección, la vergüenza ya no existía en mi ser pues a pesar de la cercanía sabía que pasaba por mucho los límites de lo ya cercanos que éramos.

Desabroché su pantalones aun besandolo. Me alejé por un momento para sacarme la playera que me estaba asfixiando,  y en eso me tomé un momento para observar el estado en el que estaba.

Sus respiraciones erráticas. Sus pecas resaltando por el rojo tono de sus mejillas. Su maravilloso cuerpo pálido con las rosadas marcas que había dejado por todos lados. La notoria excitación  y vergüenza que lo sobreestimulan y sus lindos ojos mirándome con deseo, lo tenía acostado esperandome, solo para mí.

–Eres un ángel–dije más para mí mismo, pero aun así fui escuchado, provocandole un sonrojo aún mayor.

Volví a la cama apoyándome solo con un brazo para poder darle atención a su miembro, seguí besándolo pero de forma más suave para darle oportunidad de tomar algo de aire mientras aumentaba los movimientos con mi mano.

Amaba verlo de esa forma, gimiendo debajo de mi bajo mi total control, abriendo su boca para dejar escapar suspiros mientras de alguna forma buscaba la mia para que siguiera besándola, y así lo hice, suave, pausado, lamiendo sus labios y besando todo de él mientras contemplaba su bello rostro llegando a su clímax.

Después de eso nada iba ser igual, probé el cielo y una obra de arte se aferraba a mi nuca mientras terminaba, ni siquiera hubo necesidad de hacer algo con la erección en mi pantalón que era hasta dolorosa, lo único que importaba era él, lo único que había en mi mente y cuerpo era él, y sabía que después de ello eso no iba a cambiar.

Al llegar a su orgasmo le di un último beso  y salí de la habitación para buscar algo con que limpiarlo. Ya era algo tarde por lo que el sueño le estaba ganando, procedí a limpiarlo cuidadosamente y cobijarlo para recostarme a su lado para descansar un poco de ese mar de emociones que habíamos tenido.

♥️♥️♥️♥️♥️♥️♥️♥️♥️
Volví jiji, no había actualizado porque tiene poquito que regresé de Japón, está historia es cortita así que espero terminarla rápido porque tengo otra historia a medias, quiero hacer una historia de bangchan x todos pero se que va ser difícil de poner en palabras 🤔

Secreto (Minsung)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora