hyunlix III

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Esa noche fue el inicio de mucho para mí, comencé a generar una especie de adicción no solo al cuerpo de Félix, empezaba a ser posesivo con todo lo referente a él. Poco a poco nos empezamos a ver con más frecuencia, a veces su habitación a veces la mía, los baños de la empresa y algunos otros lugares no se salvaban, empezaba a conocer más sobre él que estaba seguro nadie más era capaz de saber y eso me encantaba.

Congeniabamos bastante bien físicamente, la emoción de poder ser descubiertos era algo que disfrutamos por igual, y así como yo no me cansaba de su cuerpo y por más que lo tenía sentía que no era suficiente, la adicción que tenía a él era algo que me daba cuenta le fascinaba en cada uno de nuestros encuentros, amaba el ser deseado.

Y eso me molestaba un poco, porque a pesar de la maldita obsesión que estaba generando sobre él, era muy consciente que podría ser cubierto por cualquiera, que su necesidad de ser amado podría ser complacida no solo por mí, sino cualquiera que preste atención a su angelical cara y se de cuenta de la persona tan maravillosa que era.

Lo que tampoco era difícil, pues todos se daban cuenta de que él podía ser un sol para el mundo y eso me tenía sobre pensando constantemente, más de lo que me gustaría aceptar y sentía que las personas comenzaban a notarlo.

Estaba en un limbo sobre darme cuenta de que lo que sentía era más que amistad o simple deseo, saber que estaba jugando con fuego y lo mucho que podía perder, sin embargo no podía dejar nuestros encuentros y siendo sincero tampoco quería hacerlo.

Suspiré pesadamente pues no lograba callar mi cabeza a pesar de llevar más de 4 horas de práctica.

– ¿Qué pasa cariño? luces preocupado–Jisung entró a la habitación probablemente buscando alguna vacía para practicar.

–Nada cariño, solo siento que bailo tan mal como tú– reí un poco pues esa era nuestra forma de convivir y de alguna manera siempre me hacía sentir mejor.

–Aprende a rapear cariño– dijo bromeando mientras se tiraba sobre mí en un viejo hábito que teníamos todos como grupo.

El silencio inundó la habitación pues estábamos bastante cómodos, yo acariciaba su espalda mientras él solo se recostaba sobre mi cuerpo, entonces volví a recordar mi problema con lix, estar de esa forma con Han era bastante pacífico y a pesar de lo molesto que era la mayor parte del tiempo no podía no aceptar que era bastante lindo cuando buscaba cariño, incluso aceptar que era atractivo no era un problema, sin embargo estaba lejos de ser igual a lo que sentía por felix.

Ni siquiera estaba seguro hasta que punto, pero sabía que no era lo mismo, y tarde que temprano debía hacer algo al respecto o las cosas terminarían muy mal para ambos, si bien era muy consciente de que lo más probable era que para él solo se tratara de algo físico y que mis sentimientos iban a ser rechazados antes de siquiera ser cien por ciento consciente de ellos era algo que sabía desde nuestro primer incidente y valió cada segundo.

Lo que realmente me preocupaba era el monstruo que podía llegar a ser a causa de la posesión y los celos que sabía no tenía derecho de tener, porque no me pertenecía, y eso me enojaba al punto de convertirme en alguien de quien no estaba orgulloso podía llegar a ser y eso jamás me lo perdonaría, hacerle daño a Felix era algo que definitivamente no podía pasar.

Salí de mis pensamientos cuando el ruido de la puerta se hizo presente, tomando presencia las dos peores personas que podrían entrar en esa situación, pues tanto Minho cómo Felix se quedaron un momento dudosos sobre entrar al ver a Han, quien en ese momento ya estaba profundamente dormido en mis brazos.

Si bien la situación podía pasar como algo normal entre cualquiera de los kids, yo era consciente de la extraña relación que tenían esos dos, pues no eran muy disimulados, y debía darle mención honorífica a lo que estaba pasando en ese momento con Felix.

Después de que Minho despertara a Han con ruidos exageradamente altos y molestos, iniciamos una improvisada práctica los cuatro para aprovechar que teníamos a Minho para que nos guiará, y por la forma tan rígida con la que lo hacía sabía que los celos habían servido de algo pues después de esa práctica no iba poder levantarme con normalidad al siguiente día.

Al terminar la práctica Minho prácticamente se llevó cargado a Jisung que fue quien más sufrió pues a pesar de sus habilidades danceracha no era su unidad. Por mi parte estaba tan cansado que me sentía listo para lo que fuera y en ese momento era la plática pendiente que quería tener con Felix.

–Pobre Jisung,va ser castigado por Min– una risita se escapó de esa boquita preciosa que quería besar pero sabía no podía, por lo menos no en esos momentos.

–¿Crees que tengan algo?  —me dejé caer en el piso para no tener que cruzar miradas con él pues sabía que si eso pasaba terminaremos besándonos y quizá hasta algo más.

—Eso es obvio, solo mira la forma en la que actúan, son incluso más obvios que nosotros— Lix se dejó caer a un lado de mi usando uno de mis brazos de almohada —aunque dudo que lo de ellos sea solo sexo.

No pude ver su cara al momento que dijo eso y agradezco que no viera la mía pues esas palabras me habían dolido más de lo que esperaba, quizá ya ni tenía nada que decir, él simplemente había comprobado mis sospechas con esa simple frase, pues para él nosotros eramos solo sexo.

Me reí con falsedad —De todas formas no creo que les dure mucho el jueguito, lee know no luce como alguien de relaciones serias y jisung definitivamente es de creer en cuentos de hadas, esa combinación le hará daño a alguien y lamentablemente lo más probable es que sea han—era obvio que estaba molesto, pero sabía desde el fondo de mi corazón que se trataba de celos, celos de lo que sea que tuvieran esos dos porque no había duda del amor que se tenían y sobre todo tenía celos de saber que en mi caso no era tan fácil como ellos lo hacían ver.

—Suenas molesto, acaso no los apoyas—siguió hablando desde mi costado sin poder ver su reacción.

—Apoyarlos o no, no va hacer ninguna diferencia, es su vida y no tengo derecho de meterme en ella, pero mentiría si dijera que no me preocupa lo que le pueda hacer a han, todos sabemos de sus problemas de ansiedad y una relación secreta no es algo que se tomaría a la ligera —iba decir aún  más cosas porque a pesar de mi molestia mi preocupación también era cierta, no solo con han, pues sabía que lee know amaba a quokka más que nada en el mundo y tampoco quería verlo salir lastimado, pero confiaba en su fortaleza y no podía decir lo mismo de Han.

—Creo que solo estás celoso—su tono de voz también se escuchaba molesto, sabía lo territorial que podia llegar a ser, pero para alguien que solo me veía como sexo que derecho tenía sobre mi corazon herido.

—Tienes razón, solo estoy celoso de no ser yo.

Me levanté listo para tomar mis cosas y salir de ahí, tenía ganas de llorar y no había forma de que pudiera explicarle a lix el porqué de mi llanto sin delatar mis sentimientos hacia él, sentimientos que habían quedado al descubierto con esa pequeña charla, porque era cierto, estaba celoso de no ser yo quien tuviera algo especial con la persona que amaba, porque no era correspondido, por lo menos no de esa manera, sabía que félix me apreciaba pero también sabía el tamaño de mis sentimientos y lo difícil que sería que sintiera algo de esa intensidad.

Antes de salir me detuvo de un brazo, nos vimos por un largo tiempo, pude percibir su sorpresa pues era difícil ocultar lo lastimado que me sentía, sin embargo no dijo nada, solo sostuvo mi brazo y de a poco su semblante cambió a tristeza al igual que yo.

No estoy seguro de cuánto tiempo pasó ni de porque ninguno de los dos dijo nada pero encontramos consuelo en los brazos del otro, probablemente en ese momento se había hecho la equivocada idea de que sentía algo por alguno de esos dos o quizá podía entender que la soledad era lo que me lastimaba al verlos juntos, pero esperaba que no se diera cuenta de que el verdadero motivo de mi dolor en el pecho era él.

Ironicamente me abrazó tan fuerte como si quisiera juntar las partes rotas de mí, si supiera que era el único que podía matarme y volverme a traer a la vida con una sola mirada, después de un largo y fuerte abrazo sostuve su rostro que amenazaba con llorar y besé sus dulces labios, era mi veneno y antídoto y en esos momentos yo ya no entendía si estaba muerto o vivo y solo me
dejé llevar por nuestros cuerpos que sabían más sobre el otro que nuestra mente o corazón.

Secreto (Minsung)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora