Capítulo 10

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Después de un rato en sus brazos sentí la tranquilidad que había perdido por mis inseguridades, no estaba seguro si el día había sido demasiado para mí o si simplemente tenía miedo de esa nueva experiencia, quizá iba más allá y la vergüenza iba de la mano con mis inseguridades sentimentales, no estaba seguro y tampoco quería saberlo.

Dejé caer mi cabeza en el hombro de Min porque el sueño me estaba ganando y las caricias suaves que me proporcionaba no ayudaban. Me acomodé un poco para estar casi acostado pero el gemido de Lee me tomó por sorpresa, solo ahí pude sentir que él aún estaba duro.

—Lo siento bebe, ire al baño a resolverlo—se levantó de su posición aún con la cobija cubriendo su cuerpo— tú duerme un rato, ya regreso.

—Min espera— Tomé una de sus muñecas que sostenia la sabana— yo…puedo ayudarte—podia sonar tonto después de todas las cosas que habiamos hecho, pero mi rostro ardía de la verguenza. No hace mucho nos habiamos detenido por mi culpa y ahora le pedía que se quedara.

Hubo un momento de silencio y la cara de min se veía pensativa—No te preocupes bebe, puedo hacerlo sólo— me proporcionó una sonrisa bastante forzada, quiza ya estaba a tope por todo el tiempo que había pasado sin poder hace nada.

—Pero… yo quiero hacerlo—no sabía en donde esconderme de la verguenza, incluso ya sentía mi cuerpo caliente nuevamente, relamente quería  besar sus labios y dejar que tomara todo de mí.

—Del uno al diez que tan seguro te sientes— me preguntó aún dudoso de que fuera una buena idea.

—Diez— en ese momento tuve que tapar mi cara completamente de lo estupido que me sentía.

Vi un poco de desesperación en su rostro, pero como siempre no dijo nada, se dirigió a su armario y regresó con una caja negra con fiusha, se sentó a un lado de mí y abrió la caja.

—El juguete que te di no fue lo unico que compré— sonrió de lado y me vio peligrosamente — podemos probar más cosas, claro si te sientes listo.

Había todo tipo de cosas en esa caja, lo que más llamó mi atención fueron la cola y orejas de gato, junto con lenceria que dudaba seriamente cubrieran algo, por un momento la idea de que las comprara pensando en alguien más me inundó pero la idea se fue al ver que todo tenía su empaque aún y en el fondo de mi corazon aún creía que por lo menos en ese momento yo era la unica persona que tenía intimidad con Minho.

—No min, creo que es hora de que seas tú quien disfrute—puse la caja de lado y me coloqué el su regazo viendolo a los ojos, pasé mis brazos por su cuello acariciando su nuca feliz de poder sentir nuevamente la comodidad de querer más.

No tardó mucho en rodear mi cintura con sus brazos y acercarme haciendo que mi cuerpo cayera de lleno sobre él por inercia— bebé acaso no entiendes que verte disfrutar es mi perdición, soy capaz de hacerlo sólo si es necesario con tal de verte perdido gritando mi nombre— mordió su labio inferior y comenzo a presionar mi trasero con ambas manos separando mis muslos aún por encima de mi ropa.

Me fue imposible no sonreir ante sus palabras, comencé a besarlo lentamente esta vez dejando que yo controlara el ritmo mientras el seguía deslizando sus dedos desde mi cintura hasta mis muslos, comencé a hacer presión entre su miembro y el mío moviendo mi cadera con un poco de ayuda de sus manos que me insinuaban que lo estaba disfrutando también, pero esa vez realmente quería que fuera él quien tuviera toda la atención.

Sin darme cuenta en que momento ya había tomado el bote de lubricante y sin dejar de verme a los ojos pude sentir como deslizaba sus manos por debajo de mi ropa y las dirigía directo a mi entrada, solté un quejido por el frio de sus dedos junto con la sustancia pero no hice nada más. Aún sosteniendome de sus hombros me dediqué a prestar atención a sus movimientos y diablos no era como que lo iba a gritar desesperadamente pero el hecho de que solo los pasara por el área me desesperaba dejandome con la sensacion de que faltaba algo.

Secreto (Minsung)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora