Scandal

15

POV JENNIE.

Estar sentada con Lisa en el porche mientras ella trabajaba se había convertido en una de mis cosas favoritas.

Se había acurrucado a mi lado en un largo banco mientras hacía bocetos de diseños de joyas, y yo tomaba notas del libro que estaba leyendo.

El sonido del mar resultaba increíblemente relajante, y me había acostumbrado tanto a él que había decidido buscar propiedades inmobiliarias en Malibú frente al mar cuando volviera a Los Ángeles.

El único problema era que Lisa no iba a estar a mi lado, compartiendo la vista conmigo.

Nunca me había interesado pasar tiempo con una mujer, lo que no quería decir que no prefiriera estar con una Lisa desnuda en lugar de vestida, pero pasar tiempo con ella era mejor de lo que había creído posible.

—Va a llover otra vez.—dijo sin levantar la vista.

—¿Cómo puedes saberlo?

—¿No sientes el cambio en el aire? Deben de ser los iones o algo así. —Me miró y sonrió. Dios, era guapísima.

Desde que lo habíamos hablado hacía un par de días, no habíamos vuelto a sacar el tema de que viniera a visitarme a Los Ángeles, pero me di cuenta de que estaba sopesando la posibilidad.

Como si fuera una señal, el cielo retumbó en ese momento y ella arqueó las cejas.

—Ya te lo había dicho.

—¿Siempre tienes razón en todo?

—Ya me gustaría. Me encantaría poder adivinar el futuro. — Apartó la mirada y se sonrojó, pero no pude saber por qué.

—¿En qué estás pensando?.—Le retiré el pelo de los hombros y le acaricié la nuca.

—En nada. ¿Qué tal el libro?.—Clavó la vista en mi lectura en ese momento, Los hermanos, sobre unos niños que pasaban su infancia en el Medio Oeste y descubrían un cadáver—. Pero ¿ese no es un libro para niños?.—preguntó.

Negué con la cabeza.

—Tanto como Stranger Things es una serie para niños.

—Me encanta esa serie.—dijo—. Es entretenimiento sin adulterar, y se nota el respeto por el público.

Sonreí.

—Opino igual. Se han simplificado demasiadas cosas, y aun así puedes distinguir las que se hacen para obtener audiencia si las comparas con otras que están realizadas por personas que quieren ser verdaderos fans del producto final. Esta novela.— afirmé, moviendo el libro.— podría convertirse en una película impresionante.

—No haces más que decir eso.—comentó Lisa, concentrándose de nuevo en su dibujo.

—Porque es verdad. —Era el segundo libro que leía desde que había llegado a Maine, y podía ser llevado a la pantalla. Si no era en una película, tal vez sí en una serie de Netflix—. Tendría que conseguir un director que no tuviera miedo a dar un poco de oscuridad a la trama, y no podría estar dirigido a niños. Si hiciera eso, perdería la esencia del libro. Los niños son seres sofisticados. —Le cogí las piernas y me las puse en el regazo—. Este libro podría referirse perfectamente a mí y a mis hermanos, cuando íbamos en bici por Gary, haciendo Dios sabe qué. No éramos seres ingenuos; sabíamos exactamente lo que se cocía en el pueblo. Por ejemplo, en el taller mecánico de la esquina de la calle Virginia con la decimoquinta se vendían drogas y teléfonos robados. También sabíamos que el mejor amigo de mi padre engañaba a su mujer. Los adultos subestiman a los niños. Y el guionista tendría que entender lo mundanos que son los personajes del manuscrito a pesar de su edad.