EPÍLOGO

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POV JENNIE.

-Creía que íbamos a las dunas.-comentó Lisa cuando me salí de la carretera costera a las afueras de Worthington y me dirigí por un sendero hacia el mar.

-No te enfades, ¿vale? Solo quiero dar antes un pequeño rodeo. -Desde la publicación de las fotos, odiaba ocultarle nada, pero esperaba que me diera un pase con esta sorpresa.

-¿Por qué iba a enfadarme?

-Espero que no sea así.-me apresuré a responder.

-Jen. En serio...

Detuve el coche y apagué el motor.

-Mira qué vista.-dije; alcé los ojos al cielo sin nubes y los bajé al agua azul brillante y la arena casi blanca.

-¿Qué has hecho? Sabes que no me gustan los secretos.

-Eso es lo que te hace tan exasperante. -Antes de que Lisa pudiera responder, abrí la puerta del coche y rodeé el vehículo.

-¿Por qué estamos aquí?.-preguntó, saliendo del coche mientras yo mantenía la puerta abierta.

La cogí de la mano y la llevé al centro de la parcela en la que estábamos.

-Porque quería que vieras esto. Llega hasta el mar.

Se protegió los ojos del sol y miró el campo que descendía hacia la playa.

-He vivido aquí toda mi vida. No hace falta que me convenzas de lo bonito que es. Ahora responde a mis preguntas. ¿Por qué estamos aquí y por qué cabe la posibilidad de que me enfade?

Tomé aire.

-Porque he estado investigando un poco y no te lo he contado.

Entrecerró los ojos.

-¿Qué tipo de investigación has hecho? ¿Para una película?

Negué con la cabeza.

-No es eso. Es que por mucho que me guste tu cabaña, no creo que pueda ser nuestro hogar para siempre. Cuando tengamos familia...

-¿Nuestro qué?.-Frunció el ceño.

Habíamos hablado de tener niños.

Sabíamos que ambas los queríamos.

Era algo que iba a ocurrir en algún momento, pero nunca habíamos concretado.

-Creo que tres hijos es un buen número, pero podrías convencerme para tener cuatro. Sin embargo, la cabaña no es lo bastante grande para todos.

-Es lo bastante grande para mí, y todo lo que necesito si quieres cuatro hijos.

La rodeé con mis brazos y la atraje hacia mí.

-Podemos negociar el número final.

Me empujó para aumentar un poco la distancia entre nosotras.

-No vamos a intentar tener un bebé aquí y ahora, y ya sabes lo que pienso de las muestras de afecto en público. -Miró a su alrededor como si alguien pudiera vernos.

Me reí.

-¿Qué te parece este lugar? ¿La paz, la vista, la brisa del mar? Desde aquí se puede ir andando al pueblo.

Se relajó en mis brazos.

-¿Qué estás insinuando?

Esperaba que la idea le gustara tanto como a mí.

-Este terreno está en venta. Quiero que lo compremos, que construyamos una casa lo bastante grande para criar a cuatro niños, con un enorme porche envolvente a su alrededor donde podamos ver las tormentas, leer y envejecer.

ScandalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora