Scandal

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POV LISA.

No habría debido hacerlo, pero tres periódicos sensacionalistas del supermercado tenían a Jennie en su portada, y no pude resistirme a comprarlos.

La echaba muchísimo de menos.

Más de lo que creía posible.

Había pensado que la traición de Shownu me había hecho daño en la universidad, pero esto era mucho peor. Jennie me había engañado a propósito, y no podía recuperarme de eso.

Solo yo debía tomar decisiones sobre mi vida.

Tal vez nuestro destino no era estar juntas.

Ella no podía hacerse menos famosa; siempre iba a ser Kim Jennie, y yo siempre iba a ser la chica de Maine que no quería atraer la atención.

Metí las revistas en la bolsa de Bisuterías Manoban.

Tendría que esperar a dejar la compra de la señora Wells para poder volver corriendo a casa y leerlas.

No entendía por qué aparecía tanto en la prensa cuando la película con Hyunji llevaba ya un mes en cartel.

¿No se suponía que la campaña publicitaria había terminado ya?

Tenía que dejar de preocuparme.

Justo cuando llegué a la puerta de la señora Wells, Polly Larch me saludó desde el otro lado de la calle y se acercó hacia mí.

No había salido mucho al pueblo desde que se había hecho pública la foto. Había querido esconderme mientras los recuerdos de la gente se difuminaban. A pesar de tener aspecto de chiflada, Polly tenía memoria de elefante, así que eché los hombros hacia atrás, preparada para sus preguntas, que iban a ser dignas de la inquisición.

—Hace mucho tiempo que no te veo, Lisa. Solo quería decirte que mañana por la noche voy a celebrar una fiesta para conmemorar que Molly y yo llevamos un año juntas. Es algo de última hora, pero espero que vengas.

—Vaya, ¿hace ya un año que la tienes?.—El hecho de que la gata siguiera viva me sorprendía más que el que su dueña fuera a celebrarle una fiesta de cumpleaños.

Al fin y al cabo, estábamos en Worthington.

Ahogué la risa y deseé poder enviar un mensaje a Jennie para contárselo.

La historia le habría hecho gracia.

—Un añito ya. ¿Te lo puedes creer? Dirás lo que quieras, pero llevarla con la correa funciona. ¿Vendrás?

—Claro, pero Rosé viene esta noche. ¿Puede acompañarme?

—Por supuesto. —Se despidió con la mano mientras se giraba sobre sus talones; su larga falda se levantó ligeramente con el viento—. Cuantos más seamos, mejor.

Sonreí y negué con la cabeza mientras veía a Polly alejarse por la calle.

Esa mujer no habría estado más contenta si le hubieran dicho que le había tocado la lotería.

Ni siquiera me había mencionado la foto; tal vez no la había visto, o tal vez, sin más, no le importaba.

En cualquier caso, me sentí aliviada.

Milagrosamente, no habían llegado más fotos mías a manos de la prensa, y esperaba que siguiera siendo así.

Supuse que podía haber sido mucho peor. Para mi sorpresa, que Shownu vendiera mi fotografía a la prensa rosa no fue lo que acaparó toda mi preocupación. Tal vez, en cierto modo, lo esperaba de él. Lo que me había afectado más había sido la traición de Jennie.