CAPITULO 18.

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Yeon Jun cerró la ducha una vez que terminó de bañarse, aún era temprano así que tendría tiempo de dejar el almuerzo listo para su esposo, quien en las ultimas semanas había estado un poquito más perezoso debido a su embarazo. A él le encantaba mimarlo, Soo Bin se encontraba en una etapa en la que se dejaba consentir por su esposo.

El sexo había pasado a segundo plano, en ese punto solo pensaba en cuidarlo y a Soo Bin se le habían controlado las hormonas, por lo que ya no se encontraba tan caliente como antes, solo había muchos besos de por medio, caricias y tal vez unos toques de más, pero ya no era urgente la penetración, simplemente disfrutaban los cariños que se daban mutuamente.

Salió del baño con su bata puesta, para encontrarse a Soo Bin sacando las sabanas con prisa.

—¿Qué haces despierto tan temprano, Binnie? —preguntó extrañado.

—¡Hyung! —el rubio se exaltó, esperaba que el mayor tardara mas en el baño— Nada, buenos días.

—¿Pasó algo con las sábanas? —preguntó tratando de ayudar a su menor, pero este negó quitándole la parte de tela que había logrado alcanzar.

—No es nada Hyung, de verdad, ¿desayunamos juntos? —preguntó, desesperado por cambiar el tema.

Yeon Jun pensó en que tal vez no debería insistir con el tema, pero Soo Bin a veces ocultaba cosas con tal de no ser una molestia para él, cosas que a veces era muy importante que ambos las hablaran. Se quedó en silencio analizando la situación, esperaba no avergonzar al menor, pero necesitaba saber cuál era el problema.

—Amor, sabes que te amo, ¿cierto? —el rubio asintió enseguida— así que no tienes que ocultarme nada, no te voy a juzgar ni a regañar. Dime mi amor, ¿te orinaste en la cama?

Un potente sonrojo apareció en el rostro de Soo Bin, ¡¿dijo orinarse?! ¿Cómo llegó a esa conclusión?

Sin poder evitarlo, Soo Bin se agarró su pancita para soltarse a carcajadas, ¡pero claro que iba a pensar eso! Estaba cambiando las sábanas, era normal que creyera que había sido orina y no otra cosa.

—¿Eso es un si? —preguntó confundido y sonriendo divertido.

—¡No Hyung! ¡No fue pipí! —y explotó en otra carcajada, no había nada que ocultarle a su esposo, olvidaba lo mucho que el mayor se preocupaba por él como para juzgarlo en ese aspecto de su vida.

Yeon Jun se sentó en la cama frente a él y lo tomó de la cintura dejando besitos en su hinchado abdomen.

—Amo que te rías así —murmuró provocando un sonrojo en el contrario, dejando de reír pero con una sonrisa en el rostro.

—Lo siento Hyung, me daba vergüenza hablar contigo de esto, pero supongo que es algo normal en las parejas charlar sobre estas cosas —Soo Bin se sostuvo de los hombros de su esposo y se sentó en su regazo con sus piernas a los costados de sus muslos— Umm... Yo... Bueno, ¿sabías que los donceles también lactamos?

—Si, es el proceso normal de un embarazo, ¿qué pasa con eso?

—Bien, parece ser que yo ya inicie a producir leche... Demasiada —susurró lo último sin evitar sentirse un poco cohibido— y últimamente se sale y he manchado mis playeras. Cuando desperté las sábanas estaba mojadas junto a mi pijama, por eso las estaba cambiando... ¿Qué haces Hyung? —preguntó el rubio con la sangre subiendo a su rostro cuando el peli negro comenzó a quitar botón a botón el pijama limpio que se acababa de poner.

—Ya decía yo que tus pechos estaban hinchados —murmuró quitando completamente la pijama, admirando los abultados pechos de su esposo al igual que la enorme barriguita— siguen llenos —informó al ver cómo de uno de los pezones salía una gotita de líquido amarillento— Creí que sería blanca.

—Eso es el calostro, Hyung, es la primer leche que sale, por lo que tiene más vitaminas y... ¡Ya deje de mirarlas, me da pena! —un puchero se instaló en sus labios, era muy vergonzoso tener la penetrante mirada del mayor en sus goteantes pezones.

—Lo siento cielo, es la primera vez que veo algo así —susurró sin apartar la vista de los pechos del menor, una de sus manos se dirigió hacia una de las mamas y antes de que Soo Bin pudiese evitarlo, Yeon Jun apretó un costado.

—Ouuu —se quejó bajito, sus pechos se encontraban sensibles, más gotas escurrieron de su pezón hasta bajar por su vientre —Hyung, ya dejame, iré a comprar un extractor de leche.

—¿Extractor de leche? —preguntó tratando de no sonar burlista— eso suena a algo muy pervertido.

—Basta, Hyung, eres un sucio —se quejó tratando de bajar del regazo del mayor, pero Yeon Jun lo evitó apretando su agarre en las caderas contrarias.

—Espera cielo, ¿me dejas intentar algo? —y es que Yeon Jun no iba a perder esa oportunidad de hacer cosas sexualmente impropias con su menor.

Soo Bin suspiró, confiaba en su esposo, pero a veces el hombre era demasiado para él.

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MY MAN -YEONBINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora