CAPITULO 24.

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Soo Bin no pudo evitar llorar de vergüenza cuando Yeon Jun le ayudó a quitarse la bata del hospital, le arrebató la prenda de las manos y se tapó el vientre con ella.

—Oye, ¿qué pasa amor? —preguntó preocupado viendo al menor cabizbajo y sollozando— Binnie...

—No me veas Hyung, mi vientre está horrible —logro decir con la voz entrecortada.

Yeon Jun suspiró y le miró enternecido, luchó un poco con su esposo hasta lograr quitarle la ropa de las manos y se coloco detrás de él, Soo Bin apartó la mirada de su reflejo con dolor, su piel se encontraba morada, tenía muchas estrías y colgaba un poco, era horrible.

—Binnie, mirate —murmuró con cariño— necesito que te veas como yo te estoy viendo —el rubio dirigió su mirada de nuevo al espejo, evitando verse a sí mismo y concentrando su vista en el mayor quien había colocado sus grandes manos en su cintura, con delicadeza— Eres lo más bonito que he visto en mi vida, y esas marcas, esa piel estirada y esa cicatriz solo me hacen amarte y admirarte aun más, fuiste muy fuerte, trajiste sano y salvo a nuestro bebé y aun así luces espectacular.

El rubio comenzó a hipar sin control ante las hermosas palabras de su esposo, amaba a Yeon Jun con todo su corazón y lo mejor de todo era el sentimiento que le causaba ser correspondido.

—¿De verdad no me veo feo?

—Jamás, luces hermoso, como siempre, soy un esposo y ahora padre muy afortunado, ahora anda, deja ayudo a bañarte.

Y de esa manera Soo Bin se adentró a la pequeña ducha del cuarto de hospital para tomar su primer baño después de traer a Sung Hoon al mundo.

Tres semanas habían pasado desde el nacimiento de Sung Hoon, año nuevo había pasado sin que ellos le prestaran tanta atención, pues ahora se dedicaban completamente al bebé.

Ese día era muy especial, por fin el pequeño Choi había pesado dos kilos con 980 gramos.

El regreso a casa fue conmovedor, Yeon Jun había terminado la habitación que pertenecería al bebé, el lugar había sido pintado de azul y crema, los adornos eran con temática de ositos (obsequios del tío Beomie) y la cuna era esponjosa y suave.

Soo Bin había querido subir las escaleras con el bebé en brazos pero en seguida todos se lo negaron, así que Yeon Jun se encargo de llevar a su esposo en brazos hasta el cuarto del bebé, mientras que este último iba en brazos de su abuela Choi.

—Quedó precioso, lástima que no dormirá aquí —dijo la mayor con una tierna sonrisa y dirigiendo sus siguientes palabras con una voz dulce y consentidora al bebe— ¿verdad que no Hoonie? Tu dormirás con mami.

—Solo serán dos meses, probablemente, el doctor Nam dijo que dependía de Hoonie —informó Yeon Jun mientras recibía a su bebé.

—Bien hijo, nos hubiese gustado hacer una fiesta de bienvenida, pero supongo que no es el momento —todos a sintieron de acuerdo con el Señor Choi— así que lo mejor será dejarlos descansar, yo me haré cargo de la empresa mientras tu ayuda en eso de los papás canguro.

Los papás canguro era un método, que suplantaba la incubadora por algo más humano, que le daba una conexión piel con piel al bebé con su madre o padre, en este caso sería con ambos; la duración de este dependía de la comodidad del bebé, aunque era importante que, como bebé prematuro que era, el método durara el tiempo faltan te de desarrollo.

Después de despedirse de todos, Yeon Jun dejó al bebé en medio de la cama, se encontraba durmiendo tranquilamente y él aprovecharía para ayudar a su esposo a tomar un baño.

Rodeó al pequeño Sung Hoon con almohadas para evitar una caída y se dirigió al baño en donde Soo Bin ya se encontraba quitándose la bata (prendas que tenía que utilizar durante su recuperación).

El doncel se sonrojó cuando su esposo se agachó para quitarle los calzoncillos, estos tenían una enorme toalla sanitaria, pues aún sangraba levemente. El pelinegro pareció no darle importancia y simplemente le ayudó a caminar hasta la tina que ya se encontraba llenándose con la tibia agua.

—¿Duele mucho? —preguntó Yeon Jun sin despegar la vista de la herida en el bajo vientre de su esposo.

—Un poco, pero mientras este acostado no duele, sólo me da mucha comezón.

—El doctor Kim dijo que era normal, me dio un ungüento para eso, cuando terminemos te lo pondré.

—Gracias Hyung —susurró adormecido por al agua calentita y los masajes en su cuero cabelludo mientras el mayor le lavaba el cabello.

Una vez limpio y fresco, Yeon Jun le colocó el ungüento y le ayudó a ponerse otros calzoncillos con una nueva toalla sanitaria, le secó el cabello y lo cargo al estilo nupcial para depositarlo en la cama en donde Sung Hoon seguía durmiendo.

—¿Solo lo tienes que mantener en tu pecho, cierto? —preguntó Yeon Jun pasándole al bebé con sumo cuidado.

—Si, el doctor Nam dijo que tenía que ser en medio, aunque un poquito más inclinado a la izquierda, el bebé tiene que escuchar bien mis latidos, antes quitale su ropita, solo dejalo en pañal, tiene que ser piel con piel.

—Rayos, es demasiado suavesito, como tú —Yeon Jun estaba entusiasmado, admirando a su bebé cada que podía.

Pese a que tenía 0 experiencia cuidando bebés, sorprendentemente era muy bueno cambiando pañales, en menos de dos semanas lo hacía con una habilidad increíble.

Soo Bin se acomodó mejor en la cama, recostados completamente mientras Yeon Jun le ayudaba a colocar a su bebé en su pecho, el pequeño soltó suaves quejiditos pero en cuanto estuvo completamente acunado en el pecho de su mami volvió a respirar apasiblemente, durmiendo de nuevo.

Soo Bin suspiró entrecortado, su bebé era precioso, tenía grandes mejillas como las de él y a pesar que aún se encontraba rojito, era obvio que tendría la blanca piel de su padre al igual que los oscuros, aunque escasos, cabellos.

Yeon Jun sonrió en grande, mostrando sus encías y acercándose a dejar un beso en la frente de sus dos razones de vivir.

Se retiró para darse también un baño rápido, decidiendose por una ducha de no más de 6 minutos.

Salió secando su cabello con una toalla y otra alrededor de su cintura.

Soo Bin se encontraba somnoliento, dedicándole una sonrisa al mayor mientras Sung Hoon succionaba su alimento.

—Hyung, duerme con nosotros.

El mayor asintió mirando la escena con adoración antes de dirigirse a su armario y ponerse ropa interior, cuando se iba a poner la playera Soo Bin le llamó.

—Ven así Hyung, ¿recuerdas? Piel con piel.

Yeon Jun sintió una enorme calidez en su pecho antes de lanzar la playera y acostarse junto a sus amores, les arropó y pasó un brazo por debajo de la cabeza de Soo Bin, este se recostó en el hombro de su esposo y el mayor repartió caricias en la pequeñita espalda de su bebé, besando la coronilla del doncel.

—Los amo.

—Y nosotros te amamos a ti, Hyung.

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MY MAN -YEONBINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora