CAPITULO 25.

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—Hola sr. Papá —saludó su hermano con una enorme sonrisa al mayor.

—Tú, pequeña sabandija, ¿en dónde esta mi hijo? —preguntó con clara molestia bajando de las escaleras.

—Beomie y yo lo llevamos por un helado —contestó ignorando a su enfurecido hermano.

—Mi hijo tiene dos meses, no puede comer helado, imbécil.

—Tranquilo Hyung, tenía antojo de un helado y Tae Hyun me llevo por uno, aquí esta tu bebé, vivito y coleando —Beom Gyu entró a la casa con el pequeño envuelto en una manta en sus brazos.

—¡Par de estúpidos! —Beom Gyu y Tae Hyun temblaron al escuchar el grito de su esposo, quien bajaba las escaleras con molestia— ¿Qué demonios tienen en la cabeza?

—No estoy entendiendo el por qué están enojados —se atrevió a contestar Tae Hyun.

—¿Por qué?, tu, idiota, te dejo cuidando a mi esposo en lo que voy a la empresa por unas horas, y Soo Bin me llama alterado y en pánico porque cuando despertó no había nadie en casa.

—Les estuvimos llamando, ¿por que no contestaron los putos celulares? —preguntó Huening Kai colérico.

Ambos menores revisaron sus celulares comprobando las llamadas y mensajes prendidos.

—Lo siento, Hyungs. Los teníamos en silencio.

—Dame a mi bebé —Yeon Jun tomó al pequeño de los brazos ajenos con cuidado contrario a sus cortantes palabras— largo de mi casa.

Y de esa manera el mayor se perdió subiendo las escaleras de nuevo.

—Huening Kai, lo siento —murmuró Beom Gyu con los ojos cristalinos— nuestro plan era ir rápido y regresar antes de que Binnie despertara.

—Hemos estado esperando por dos horas —contesto malhumorado y colocándose su chaqueta, se dirigió a la sala en donde se encontraba su Jung Woo mirando la televisión— Cielo, colócate los zapatos, ya nos vamos a casa.

—Si papi —contestó el menor obedeciendo a su padre y corriendo hacia sus otros dos papás— ¡Papis!

—Hola cosa preciosa —Tae Hyun lo levantó entre sus brazos y le dio un gran beso tronador.

—¿Cómo estuvieron tus clases de arte? —preguntó el más joven de sus padres.

—Bieeeeen, dibuje a mi primito —presumió con una gran sonrisa.

—Vamos Jung Woo, iremos juntos a casa —apresuró Huening Kai con voz armoniosa.

—¿Y mis papis? —preguntó el pequeño con inocencia.

—Ellos se irán juntos en el coche de papá Tae Hyun, nos invitarán comida china.

—¡Siiii, comida china! —gritó el menor removiendose en los brazos de su papá para correr a tomar la mano de Huening Kai y salir juntos sin decir más.

—Esta muy molesto —murmuró Tae Hyun tras suspirar con pesadez.

—Nada que la noticia de esta noche no solucione —respondió el menor para besar la mejilla de su esposo y salir de la casa.

Tae Hyun recordó las buenas nuevas y el entusiasmo regresó a su cuerpo, ya después vendrían a disculparse con con su hermano y cuñado.

Tae Hyun recordó las buenas nuevas y el entusiasmo regresó a su cuerpo, ya después vendrían a disculparse con con su hermano y cuñado

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Yeon Jun entró a la habitación de su bebé con este en brazos, el pequeño se removía incómodo, probablemente con hambre.

Sonrió enternecido al ver a su esposo dormido en la silla mecedora que se encontraba junto a la cuna, entre sus brazos estaba una de las cobijitas del bebé, rastros de lágrimas adornaban sus mejillas sonrosadas.

—Binnie —le llamó en voz baja, tomando a su pequeño en un brazo mientras su mano libre acariciaba las regordetas mejillas de su pareja— cielo.

—Hyung... —susurró bajito entreabriendo sus ojitos— mi bebé —articuló con emoción al ver al pequeño.

Yeon Jun le dedicó una sonrisa antes de poner a Sung Hoon en los brazos de Soo Bin, el rubio lo sostuvo con cariño y protección, acariciando los delgados cabellos de su bebé y dejando escapar ligeras lágrimas.

—Mi bebé está en casa de nuevo, papi siente quedarse dormido mi amor, perdona a papi —le susurraba con suavidad.

—Perdona a Tae Hyun y Beom Gyu, salieron por un helado y se distrajeron, llevaban los celulares en silencio, pero ya les he llamado la atención —el mayor explicó dejando besos en el rostro del rubio.

—Esta bien Hyung, siento haberte sacado del trabajo —se disculpó apenado.

—Ustedes siempre serán primero, pequeño, ¿cómo te sientes hoy?

—Mejor, el doctor Kim dijo que era algo normal y que con las atenciones adecuadas podré mejorar en poco tiempo.

—Esta bien, no llevamos prisa, ¿si? Te amo, y solo quiero que estés bien por ti, por Sung Hoon y por mi, tu salud mental y física son importantes.

Soo Bin le sonrió, Yeon Jun siempre había sido comprensivo durante todo ese tiempo.

Después de dar a luz, Soo Bin tuvo muchísimos cambios en su cuerpo, la más grave fue la progesterona* y los estrogenos* cayendo en picada, dando como resultado una leve etapa de depresión posparto que alteraron sus emociones con locura.

El insomnio era regular, la falta de apetito y las horas de llanto fueron un estado preocupante para la pareja, resultando en un pesar incomprensible para Soo Bin, quien temía que esas emociones se contagiaron en su bebé.

Pero gracias al doctor Kim y su psicólogo, pudo tratarse a tiempo, respirando tranquilo cuando se le informó que era algo que le sucedían a muchas madres primerizas y que en unos meses más lograría salir de esa oscura y cansada etapa.

En la actualidad se sentía mejor, aunque había desarrollado el problema de refugiarse en su esposo y bebé, por lo que cuando Yeon Jun se iba a trabajar, alguien más de sus familiares o amigos tenían que ir a cuidarlo.

Soo Bin había desarrollado un poco de claustrofobia, por lo que no podía entrar al baño solo, no bañarse/ducharse. Entraba en pánico cuando se encontraba completamente solo y se le veía algo distraído.

No le podían dar tratamiento médico debido a la lactancia por lo que sólo iba a terapias y de esa manera continuaría a menos que no hubiese un progreso, algo que claramente sí estaba ocurriendo, en la última semana se había estado sintiendo mejor.

Bueno... Eso hasta que su mejor amigo y cuñado se les ocurriera llevarse a su bebé sin avisar mientras él tomaba una pequeña siesta.

—¿Tienes que regresar a la empresa? —preguntó el rubio con un puchero.

—No, mi padre se quedó a cargo —respondió dejando un pico en los labios abultados.

—¿Podemos ver películas?

—Sabes que jamás te voy a negar nada.

Soo Bin sonrió consentido y se levantó con su bebé en brazos, Yeon Jun rodeó su cintura con un brazo y caminaron rumbo a su habitación en donde se recostaron muy juntos y se cubrieron con las mantas, Yeon Jun elegía una película romántica mientras su esposo se abría la camisa para darle de comer a su bebé, quien en cuanto se sintió cerca del pecho de su papá, buscó el pezon con desesperación succiona do una vez lo tuvo entre sus pequeños labios.

—Alguien tenía mucha hambre —jugueteaba el rubio dejando caricias en el rostro de Sung Hoon— mi bebé moría de hambre mientras sus distraídos tíos perdían el tiempo provocandome un infarto.

—Si, sus tíos son unos idiotas, por desgracia uno lleva nuestra sangre.

Y después de mucho tiempo, Soo Bin soltó una carcajada que contagio a su esposo.

Si. Los tiempos podían mejorar.

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MY MAN -YEONBINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora