—Tienes que comer algo —insistió casi a punto de rogarle a su menor.
—Lo siento, Hyung —sollozó envuelto en las mantas— de verdad no tengo hambre.
—Binnie, tienes que decirme lo que sucede o me voy a volver loco —se sentó con cansancio en la orilla de la cama para masajear los pequeños pies dentro de las mantas— ¿Qué es lo que te tiene así? Por favor, dime lo que te dijo el doctor.
El rubio se acurrucó más en la cama y las lágrimas volvieron a caer por sus mejillas, estaba asustado, no por su embarazo, sino por lo que su esposo diría al respecto, a diferencia de él, Yeon Jun aún no quería hijos, no quería obligarlo a aceptar, pero tampoco quería interrumpirlo.
Por otro lado Yeon Jun se sentía confuso y preocupado, cuando llegó a la habitación del hospital, después de que la enfermera le avisara que su esposo había despertado, se lo encontró llorando con su doctor dándole palmaditas en la espalda como muestra de apoyo.
El médico lo vio y sonriendo se disculpo para salir y dejar que ellos conversaran, algo que no sucedió debido a las inseguridades del menor. De eso ya habían pasado 4 días, en los cuales el rubio se la pasó en cama, pues necesitaba reposo absoluto en lo que tomaba una decisión.
El silencio cansó al mayor, le frustraba no poder ayudan a Soo Bin y que éste no le tuviera la confianza que creyó que ya se tenían.
Aspiró con fuerza y sacó el aire lentamente para mantener la calma, se quitó el saco, los zapatos y la corbata, dejó el reloj en la mesita de noche y se recostó en la cama pasando un brazo sobre el bulto que hacía su esposo con las sábanas.
Soo Bin apretó los ojos volviendo a derramar lágrimas silenciosas, no era justo dejar a Yeon Jun con la duda de lo que estaba pasando, respirando con fuerza, quito la sabana que cubría su cuerpo para mirar al mayor recibiendo una sonrisa de respuesta, el rubio puchereó y descubriendo su cuerpo completamente se subió encima de su esposo, enterrando la cabeza entre el cuello y hombros pálidos.
Yeon Jun apretó la delgada cintura y repartió besitos en la cabeza del doncel susurrando palabras llenas de amor, recordándole al menor sus votos en donde prometió cuidarlo en la salud y en la enfermedad.
—Te amo, Hyung —susurró saliendo de su escondite y dándole un beso al peli negro en los delgados labios.
—También te amo, Binnie —volviendo a compartir un beso lleno de reconfortacion, Soo Bin por fin se atrevió a hablar, con la mejilla en el pecho del mayor.
—Estoy embarazado, Hyung —cerró los ojos con fuerza al sentir la tensión en el cuerpo debajo de él— el otro día me enteré, resulta que estuve a punto de tener un aborto por los anticonceptivos que aún tomaba, el doctor Kim me dijo que si quería interrumpir el embarazo tenía esta semana para decidirlo, si quería continuar, tendría que tener cuidado al menos los primeros tres meses por el riesgo que tengo ante mi problema hormonal.
El corazón de ambos latía con fuerza y rapidez, millones de cosas pasaban por la cabeza de Yeon Jun, ¿estaba preparado para ese paso?
Amaba a Soo Bin, ambos estaban bien económicamente, tenían una casa propia y estaban tratando sus problemas emocionales.
Respiro profundo y besó la frente del menor.
Si.
Ambos estaban preparados para compartir algo más grande que su amor.
—¿Cómo te sientes con eso? ¿Quiéres continuarlo? —preguntó tratando que su voz sonara neutral, acariciando la espalda del rubio de arriba a abajo.
—Yo... Si quiero, Hyung, pero se que tu no, y no quisiera hacerte sentir obligado a tomar esta responsabilidad.
—¿Y si te dijera qué justo ahora tengo unas tremendas ganas de ir a comprar una cuna?
Soo Bin levantó su cabeza y lo miró sorprendido, confuso o emocionado.
—¿Hablas en serio?
—Como nunca en la vida —respondió sonriendo hasta mostrar sus encías.
—¿Vamos a ser padres? —preguntó el doncel con lágrimas en los ojos.
—Seremos padres, pequeño —contestó limpiando el rostro del menor con sus pulgares, tomando ambas mejillas y besando los gorditos labios— ahora vamos por esa cuna.
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MY MAN -YEONBIN
FanficYeon Jun y Soo Bin cumplían cinco años juntos, años en los que su amor iba creciendo y su sexualidad se encontraba en el grado más alto del termómetro. Los treinta le habían caído de lo mejor al mayor, y es que cada año Soo Bin veía a su esposo más...