Yeon Jun arrullaba a su bebé entre siseos, mirando al pequeño con un profundo amor, susurrando promesas de ser un gran padre para él.
Todo esto siendo observado por el doncel dentro de la tina, quien tomaba un baño de agua caliente, Yeon Jun se encontraba sentado en la orilla de la tina ajeno a su enamoradizo esposo, quien soltaba suspiros ante la escena paternal que experimentaba.
—Sung Hoon tendrá los ojos igual de razgados que tu —susurró el rubio mientras huntaba el jabón exfoliante de fresa en su cuerpo con suaves masajes.
—Pero tiene tus mismas mejillas — el mayor desocupó una de sus manos y apretó con cariño uno de los gorditas cachetes de su pareja —Sung Hion tendrá tu don de lucir lindo y tierno siempre.
—Sobre los dones... —Soo Bin se enjuagó para levantarse con cuidado, tomando la mano que Yeon Jun le tendía y cubriéndose con la toalla colgada en la barra de la cortina de la ducha— ¿qué pasará si Sung Hoon hereda mi género doncel? —le miró preocupado.
Yeon Jun sonrió con ternura para dejar un beso en la frente de su esposo y salir a su habitación, dejando al bebé ya dormido en la cama y colocando almohadas alrededor de él.
—No pasará absolutamente nada —dijo regresando al baño y tomando una toalla más pequeña para pasarla por el húmedo cabello rubio con cuidado —solo se ganara un padre más celoso y posesivo, si ya prometí cuidarlo con mi vida, también lo sobreprotegeré de la manera más tóxica posible.
—No digas esas cosas Hyung —regañó entre pequeñas carcajadas dejándose vestir por el mayor— pero ya, hablando en serio, ¿no te da miedo que termine siendo un doncel igual que yo?
—Yo amo todo de ti, y amaré todo de Sung Hoon, no me interesa si es un doncel o un chico como tal, solo me preocupa su salud y su felicidad, quiero que ambos sean felices, ¿tu tienes miedo?
—Temo por terminar siendo como mamá, me da miedo terminar haciéndolo sentir menos por lo que es —una lagrima rodó por sus mejillas que fue limpiada de inmediato por una de las pálidas manos del mayor.
—Tu no eres como esa mujer, por favor
Binnie, por tu bienestar tienes que olvidar o superar todo ese tiempo, cielo.—Es difícil al recordar cómo era antes de casarme, Hyung, tu no la conociste antes de casarnos, contrario a lo que todos piensan, ella me amaba, a pesar de no ser mi madre... Mi madre real —soltó entrecortadamente.
Yeon Jun le abrazó con fuerza, respirando con pesar al sentir los temblores del cuerpo ajeno, escuchando con dolor los sollozos de Soo Bin.
La "madre" del rubio había quedado tras las rejas por múltiples cargos, siendo el más fuerte el de secuestro e intento de homicidio en tercera persona.
Soo Bin no había querido verla y todos lo respetaban, sin embargo, había muchas cosas que quedaron inconclusas, entre ellas el doncel que le dio a luz.
Lee Sung Yeol fue el nombre que les dio el señor Kim como respuesta.
Solo eso.
El mayor no sabía si esa persona seguía con vida o no, pues había desaparecido de su radar después de muchos años.
Soo Bin tampoco insistió, sin embargo, Yeon Jun se tomó la libertad de contratar un investigador privado a costas de su esposo y suegro.
De cualquier manera, eran pocas las veces que el doncel hablaba del tema.
Ambos se dirigieron a la cama, Soo Bin se acostó junto a su bebé mientras Yeon Jun le colocaba unas calcetas para después dirigirse del otro lado de la cama dejando al bebé en medio de ambos, Choi se apegó más a su familia y se levantó un poco para dejar suaves y dulces besos en los labios del rubio, Soo Bin correspondió con lágrimas aún bajando por su rostro.
—Prometo que todo estará bien, mi amor —murmuró el pelinegro antes de dejar un beso en la frente del menor.
—Y yo prometo estar bien para ustedes, Hyung, los amo —respondió somnoliento.
Y si. Ambos esperaban que solo fuera cuestión de tiempo para que todo lo malo que habían experimentado meses atrás fuera desvaneciendose tan sólo como un mal rato.
Esa noche Yeon Jun no logró pegar el ojo, velando por el sueño de su esposo e hijo, pensando en la manera de hacerlos felices, de ser una mejor persona para ambos, viendo la forma de no cometer tantos errores como padre y como esposo.
Yeon Jun quería ser la clase de padre en la que su hijo podía confiar, que ese pequeño ser tuviese siempre de quien sostenerse. También quería seguir siendo la fortaleza y el apoyo de su Soo Bin, anhelaba estar siempre para esos dos.
De esa manera fue como el amanecer lo sorprendió, el cielo comenzó a brillar prometiendo un futuro prometedor para su pequeña y hermosa familia.
Se levantó, extrañamente, sin ninguna pizca de sueño, más bien se encontraba entusiasmado.
Se metió al baño y tomó una ducha rápida, se puso un simple pantalón de chandal y se seco el cabello frotandolo en una toalla. Después de lavarse los dientes se acercó a los dos seres más hermosos que aún dormían en la cama, dejando un beso en la frente de cada uno y terminando por dirigirse a la cocina para preparar el desayuno.
Sabía que su humor se encontraba al máximo mientras tarareaba una canción de moda, prendió la cafetera y preparo la mezcla para los panqueques.
Justo cuando estuvo a punto de colocar una porción en el sarten, el timbre de la entrada fue tocado.
Se dirigió a la pantalla digital para observar a quien se había atrevido a visitarlos a esa hora de la mañana.
Abrió los ojos con sorpresa y en seguida aplanó el botón para que las puertas metálicas se abrieran.
Sin importarle estar desnudo de la cintura para arriba recibió a alguien que no esperaba tan pronto.
—Buenos días Señor Choi, disculpe interrumpir su agradable mañana —saludó el hombre sin un atisbo de expresión en el rostro.
—No hay problema, ¿qué me tienes?
—Buenas noticias Señor Choi, el señor Lee Sung Yeol sigue con vida, no conseguí mucho pues siempre se encuentra en constante movimiento, la última vez que se le fue visto recidía en un poblado de Texas en Estados Unidos, aún mis contactos siguen buscando más información —explicó con tranquilidad, ignorando el asombro en el rostro de su contratista.
—Vaya... Es... Es grandioso —murmuró— ¿hay algo más?
—Parece que aún no sabe que la Señora Kim fue arrestada ni nada de lo que sucedió con su esposo, creo que él se esconde de esa mujer o de la familia Kim, no hay nada claro.
—Lo hace de la señora Kim —casi juro el pelinegro— los abuelos de Soo Bin ya fallecieron hace unos años, así que la única amenaza para el señor Lee debe ser esa mujer.
El silencio se instaló en la sala, Yeon Jun se encontraba perdido en sus pensamientos hasta que el detective carraspeo para llamar su atención mientras le tendía un folder negro.
—Aquí está toda la información, volveré cuando tenga más —dijo haciendo una reverencia— me tengo que retirar, pase un buen día señor Choi.
—Gracias, estamos en contacto —le despidió acompañándolo hasta la entrada.
Cuando Yeon Jun regresó, Soo Bin se encontraba sentado en un banco junto a la Islita de la cocina con su bebé en brazos mientras le amamantaba.
—Buenos días Hyung —saludó el rubio con un sonrojo al ser besado por su esposo.
—Buen día mis pequeños —contestó el mayor acariciando los suaves cabellos del bebé— en un momento está el desayuno.
—Gracias Junnie.
Y de esa manera, una vez listos los alimentos, Yeon Jun le ayudaba a Soo Bin a cargar al bebé mientras el menor comía y luego le daba a él en la boca, con risitas, pequeñas bromas y tiernos coqueteos.
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MY MAN -YEONBIN
FanfictionYeon Jun y Soo Bin cumplían cinco años juntos, años en los que su amor iba creciendo y su sexualidad se encontraba en el grado más alto del termómetro. Los treinta le habían caído de lo mejor al mayor, y es que cada año Soo Bin veía a su esposo más...