CAPITULO 14.

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Yeon Jun había estado cumpliendo con la misma rutina las últimas dos semanas; salía de la oficina, se dirigía con Huening Kai para comprarle una rosa o alguna otra flor bonita, después iba a la pastelería por el postre del día para llevárselo a su bonito y embarazado esposo.

Soo Bin ya tenía 18 semanas y su vientre se encontraba notoriamente inflamado, lo que lo hacía lucir endemoniadamente tierno.

Cuando llegó a su hogar se dio cuenta del peligro que corría su pareja, el auto de sus suegros se encontraba aparcado en el estacionamiento y él no había sido informado de tal visita, por lo que entró casi corriendo a su casa, aunque no se espero toparse a su suegra en la entrada, la mujer se ponía sus tacones de nuevo dejando las pantuflas para visitantes a un lado y su expresión no anunciaba nada bueno.

—Yeon Jun, buenas tardes, que bueno que llegas —la señora se paro recta y le dedicó una sonrisa de autosuficiencia— estoy decepcionada de que me ocultara algo tan importate como el embarazo de Soo Bin, ¿olvidó que este evento es algo acordado por nuestras familias?

—Creo que es innecesario decirle el por qué lo mantuvimos para nosotros todo este tiempo —Yeon Jun estuvo a punto de gritarle a la exasperante mujer— ¿en donde está mi esposo?

—Encerrado en su habitación, el maleducado me ha cerrado la puerta en la cara, deberías dejar de hacerlo creer que tiene la razón en todo, como sea, ya me retiro, tengo que anunciar esto a la prensa, preparar una cena empresarial para festejar el nuevo heredero de las empresas Choi/Kim —dignamente la adulta se dirigía a la salida si no fuera por Choi, quien se interpuso en su camino con el ceño fruncido.

—Usted no hará eso, no le corresponde —respira Yeon Jun, respira— le pido amablemente que deje de interferir en nuestras vidas y evite seguir atormentando a su hijo de esta manera, por favor.

Sin más, el peli negro abrió la puerta de su casa para que la señora Kim se largara de una buena vez.

—Pero que grosero, es obvio que sus padres y mi esposo se enteraran del horrible comportamiento de ambos —Yeon Jun rodó los ojos, como si le importara— más les vale corregirse, Yeon Jun, recuerde que soy la madre de Soo Bin, y por mas que lo ame a usted, yo tengo el poder de alejarlos, no ha demostrado más que ser una mala influencia para mí bebé.

Yeon Jun se tragó las groserías y azotó la puerta con fuerza para correr escaleras arriba.

—¿Amor? —llamó dando suaves toques a la puerta— ¿puedes abrir, por favor?

Un silencio fue la respuesta por minutos, Yeon Jun se recargó en la pared hasta escuchar movimiento y la puerta se abrió dejando ver el rostro demacrado por el llanto del rubio.

—Hyung —la forma en que lo llamó le partió el corazón y enseguida lo envolvió entre sus brazos.

—Tanquilo cielo, por favor no le des importancia a lo que ella diga, solo te lastima y recuerda que nada de emociones fuertes, podría dañar a nuestro bebé —todo esto lo decía mientras repartía besos en la rubia  coronilla y acariciaba la espalda del menor quien temblaba en sus brazos por el llanto.

—Es que ella ha cambiado tanto —lloriqueó —siempre me ha hecho sentir que solo vine a usar mi don a beneficio de nuestra familia, pero desde que me casé contigo dejó de tratarme bien y solo me dice cosas feas, ¿sabes que no he escuchado un "te quiero" de su parte desde el día de la boda? Y me duele mucho por que mi vida antes de ti giraba en torno a mis padres.

Yeon Jun se separó un poco del menor y mirándolo con cariño fue quitándole el rastro de lágrimas en sus mejillas.

—Los padres cambian, al igual que sus hijos, ella está aferrada a una idea errónea, tu no tienes que sentir culpa, y aunque mi amor no sea igual que el de tu madre, a comparación jamás cambiaría mis sentimientos hacia ti, eres la única persona que me provoca estas emociones que crecen día a día —sonrió con ternura cuando las lágrimas de su esposo se volvieron más continuas y comenzaba a hipear— amor mío, no tienes que preocuparte, a mi lado el amor es lo que te va a sobrar, no dejes que ella arruine tu felicidad, estamos viviendo buenas etapas, una detrás de otra y me encargaré que sea de esa manera por el resto de nuestras vidas. Lo prometí.

—Dos veces —recordó Soo Bin con la voz entrecortada.

—Así es cielo, y lo haría las veces que fueran necesarias, es más, ¿qué tal si nos volvemos a casar? —propuso con emoción— pronto será nuestro aniversario.

—Te amo, Hyung —Yeon Jun sonrió feliz, mostrando esa sonrisa de encías que muy pocas veces aparecía y que Soo Bin adoraba— gracias por estar aquí.

—Siempre lo estaré, ahora, ¿quién crees que te trajo pastel de tres leches?

Los ojitos del menor brillaron aún más (está vez de una glotona a felicidad) y se levantó de puntitas para dejar un tierno beso en los finos labios de su esposo.

—¡Vamos Hyung! —el rubio tomó la gran mano del mayor y juntos bajaron a la sala en donde se había olvidado los regalos que Yeon Jun había traído.

Soo Bin tomó el primer bocado con satisfacción haciendo un sonidito emocionado desde su garganta, Yeon Jun sonrió divertido y negó dando besitos en las regordetas mejillas y riendo por la actitud bonita e infantil del contrario hasta que éste se quedó quieto y sus ojos volvieron a cristalizarse.

—¿Qué pasa? —preguntó preocupado al notar que el menor colocaba sus manitas en su abultadito vientre.

—Se movió... —susurró con la voz nuevamente entrecortada —Hyung, el bebé se movió.

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MY MAN -YEONBINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora