CAPITULO 28.

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Soo Bin y Yeon Jun se encontraban pasando su día libre en casa, veían películas y comían chucherías.

Sung Hoon dormía tranquilamente en la cuna que habían arrastrado hasta su habitación, de vez en cuando se despertaba para pedir el biberon o para que le cambiasen el pañal, fuera de eso continuaba durmiendo.

El doncel suspiró cuando el protagonista encontró a su hija secuestrada, había estado tenso desde que la película inició.

Se distrajo un momento viendo el perfil de su esposo, Yeon Jun lo mantenía abrazado a él con un brazo rodeando fuertemente su cintura, él se había recargado en su hombro pero ahora tenía la mirada levantada al rostro de porcelana.

Yeon Jun sonrió encantado cuando recibió un inesperado beso en su mejilla. Volteo a ver al menor quien le sonreía apenado, se acercó y le plantó un piquito en los labios haciendole reír con ternura.

Soo Bin esta vez se atrevió a juntar sus labios de nuevo, pasando sus brazos por el cuello de su esposo y entrelazando sus manos en la nuca de este, Yeon Jun sonrió entre el beso apretando más el brazo en la delgada cintura y pasando la palma de su mano libre sobre las piernas del menor, las cuales se encontraban cubiertas por el pantalón de pijama.

Justo cuando el beso se volvió más intenso y húmedo, Yeon Jun se separó, sacándole al doncel un puchero que él se encargo de besar.

—¿Por qué ese puchertio? —preguntó haciendo la voz aguda, como cuando le hablaba a su bebé Sung Hoon.

—Hyung, ¿ya no te gusto? —preguntó avergonzado y triste.

—¿Qué?

—Que si ya no te gusto —repitió— entiendo que mi cuerpo ya no es el mismo, pero, te juro que he tratado de cuidarme, solo me quedaron las cicatrices, pero mi pancita ya se fue y mis pechos también se están desinflamando.

Yeon Jun soltó un suspiró frustrado.

—Estas equivocado Binnie, tu sigues gustandome cada día más —confesó besando su frente— no sé qué te hace pensar lo contrario.

—Es sólo que ya pasaron 6 meses desde que nació Sung Hoon —suspiró— esperaba que después de mi recuperación volverías a tocarme.

—Soo Bin, yo siempre quiero tocarte —murmuró abrazando el fino cuerpo de su esposo— solo quería ser paciente, no quiero que te esfuerces en nada más que en tus sentimientos, ¿ya te sientes mejor emocionalmente?

—Mientras tu estés conmigo siempre estaré bien emocionalmente, Hyung —aceptó sonriendo tiernamente, Yeon Jun no se resistió a besar las abultadas mejillas.

—Bien, ¿por qué no te relajas mientras me ocupo de unas cosas? —sugirió sonriente poniéndose de pie y colocándose el calzado deportivo mientras tomaba la pañalera— Iré a que Sung Hoon pase el resto de la tarde con sus tíos.

Soo Bin se sintió devastado cuando quiso ponerse una de las tangas que Beom Gyu le había regalado en su segunda boda.

La prenda le quedaba apretada.

Las tiras de los costados apenas y habían subido en la parte de sus caderas y estaban tan apretadas que le sacaba rollitos que antes no existían.

Trató de respirar y calmarse, obviamente sus caderas se tenían que ensanchar por el embarazo, pero no esperaba que tanto.

Suspiró frustrado y abrió de nuevo el cajón de lencería que Yeon Jun, Beom Gyu y Ji Min se habían encargado de abastecer.

Había algunas tanguitas, cacheteros, ligueros y otras tantas cosas más.

MY MAN -YEONBINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora