CAPITULO 21.

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Yeon Jun nunca había sentido tanto miedo como el que estaba teniendo en esos momentos.

Soo Bin no estaba.

Habían pasado 10 horas desde que llegó a su casa junto a su suegro.

Desde el momento en el que abrió la puerta, supo que algo andaba muy mal, las luces estaban apagadas, no había ni un solo ruido, la cama matrimonial estaba destendida y fría, en la mesita de noche junto a ésta se encontraba el teléfono de su esposo y nada más.

Después de llamarle a Beom Gyu (quien era la única persona que podría saber si Soo Bin salió) y recibiendo una negativa por parte del menor, quien le dijo que la última vez que se mensajeó con el rubio fue esa mañana, entró en pánico.

Soo Bin no estaba y él no tenía ni idea de a dónde pudo haber ido.

Pero Choi Yeon Jun nunca perdía la razón.

Enseguida se dirigió a las cámaras de seguridad, captando el momento en que su suegra se llevó al menor sin ningún esfuerzo, ambos habían subido al coche apurados, pero no veía duda en los movimientos corporales de su esposo.

Aún así, Yeon Jun concluyó que nada bueno podría venir de su suegra llevándose al chico sin decirle a nadie y solo pudo confirmarlo cuando el señor Kim marcó el número de la mujer y este lo mandó directamente a buzón, entonces Yeon Jun recordó la amenaza de la señora.

No espero ningún minuto más cuando llamó a la estación de policía, un desperdicio de tiempo completo, pues aunque tomaron su caso, se le dijo que no podían hacer mucho si la persona se fue con toda la disposición del mundo como se miraba en el video, más aún cuando la mujer era su propia madre.

Yeon Jun los mandó al demonio y comenzó a hacer llamadas con sus conexiones: dueños de aerolíneas, fueron los primeros en ser contactados, por si la mujer se iba a los extremos de largarse de la ciudad, o lo peor; del país.

Su suegro también se contacto con sus amigos y familiares en común con la aun señora Kim, temía que la mujer llegará a hacer alguna imprudencia que afectara a su hijo y en consecuencia también, a su nieto.

Y así pasaron esas 10 horas. Beom Guu, Tae Hyun, Huening Kai, Ji Min y Yoon Gi llegaron por la mañana, Beom Gyu había dejado a Jung Woo con su suegra, los señores Choi también tomaron cartas en el asunto, nadie se iba a quedar de brazos cruzados hasta encontrar a Choi Soo Bin.

—Tienes que dormir o comer algo Hyung —le insistió Tae Hyun— a este paso no vas a servir de mucha ayuda si te debilitas.

—Si Beom Gyu y Jung Woo desaparecieran de la nada, ¿tu tendrías hambre o sueño? Sin saber si ellos ya pudieron comer o dormir algo, porque es justo lo que está pasando por mi mente, así que no Tae Hyun, ¡no voy a dormir y no voy a putas comer nada hasta encontrar a mis bebés! —y de esa manera, todos comprendieron que Yeon Jun estaba perdiendo los estribos, volviendo a ser el hombre grosero y frío que era antes de casarse.

Todos se habían mantenido en silencio después de eso, sólo hablando cuando recibían llamadas para informar, pero no había nada, como si la tierra se los hubiera tragado.

—¿Si? —Yoon Gi respondió su celular, levantándose del sillón en seguida al escuchar la línea del otro lado— ¿Estas seguro?, bien, no, no te preocupes, iré ahora mismo, no dejes que se vayan por nada del mundo —todos le habían puesto atención cuando tomó las llaves de su coche y le hizo una seña a Yeon Jun para que lo siguiera, colgó la llamada y se dirigió a todos los presentes— el gerente de uno de mis hoteles me llamó para decirme que hay una habitación a nombre de Kim Jiae hospedada en el hotel del centro de Seúl, pero hay otra con el mismo nombre en el hotel de Busan.

MY MAN -YEONBINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora