CAPITULO 20.

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Soo Bin se encontraba recostado en su cama, sus pies estaban hinchados y dolían, se había aburrido y ahora jugaba con su bebé, había descubierto que el niño era muy activo, si pasaba su dedo por toda la pancita, el bebé respondía siguiendo el camino recorrido con sus patitas o manitas, Yeon Jun decía que era algo muy perturbador y rompía con el mágico momento, pero ahora el mayor no estaba y podía jugar con su pequeño ser.

—Espero que seas un niño muy feliz Sung Hoon, porque amado ya eres —le habló a su hinchado vientre— papá y yo te estamos esperando, ya quiero tenerte entre mis brazos.

No podía evitar dejar de sonreír cada que pensaba en poder cargar esa masita.

Las últimas semanas había recibido regalos de muchas personas, le enviaban ropita, juguetes, biberones, pañales, y una gama de utensilios para bebés, sin contar las fajas y cremas reafirmantes para él.

Ese pensamiento le hizo recordar con tristeza las marcadas y rojizas estrías que tenía en el inicio de su pelvis y comienzo del bajo abdomen, no las había notado por lo enorme de su panza, pero la comezón y a veces hardor le hizo pedirle a su esposo que le ayudara a revisar, Yeon Jun besó las cicatrices y le dijo que simplemente eran las estrías del embarazo. Él estaba horrorizado, sabía que esas cosas nunca desaparecían.

Suspiró tratando de no hacer berrinche por cosas que naturalmente le iban a suceder a su cuerpo.

El timbre en su puerta comenzó a sonar una y otra vez, preocupado se levantó con cuidado y se puso las pantuflas para dirigirse a la entrada de su casa, miró por la pantalla digital para ver a su madre.

Asustado abrió la puerta dejando entrar a la histérica mujer.

—Rápido, ponte tus zapatos, tenemos que ir al hospital —ordenó la mujer.

—¿Pasó algo? ¿Papá está bien? —preguntó asustado, temiendo por la salud de su progenitor.

—Tuvo un accidente y quiere verte, así que apresurate.

Soo Bin obedeció de inmediato, se puso sus zapatilla deportivas en las que sólo tenía que deslizar el pie evitando atar cualquier cinta.

Su madre salió junto a él al auto de la mayor y se subieron en este.

—Al menos hoy no hay reporteros alrededor de ti —reprochó la señora Kim comenzando a conducir.

—¡Que torpe! —se riñó a sí mismo el menor, recordando que no llevaba consigo su celular —Mamá, ¿podrías prestarme tu teléfono? Quiero avisarle a Yeon Jun para que nos vea en el hospital.

—No seas tonto, estoy conduciendo, le dirás cuando lleguemos allá.

El rubio no dijo nada más, su madre tenía razón.

El camino fue en silencio, Soo Bin no había hablado con su madre en mucho tiempo, eran como desconocidos ahora y eso le dolía, pero Yeon Jun y su psicólogo le habían dicho que tenía que aprender a alejarse de lo que le hacía daño.

Frunció el entrecejo cuando el carro se desvío tomando una ruta diferente al hospital.

—¿Mamá?

—Buenas noches cariño —fue lo que escuchó el rubio antes de sentir un piquete en su muslo izquierdo adromeciendo de poco a poco sus músculos.

—¿Qué... Qué e..s lo que ha..ces? —preguntó entrecortadamente, su boca estaba entumida y su visión poco a poco era más borrosa, con miedo de cerrar sus pesados párpados.

—Se lo advertí a Yeon Jun, ahora duerme, estarás mejor con mamá —y Soo Bin no escuchó nada más, cayendo en una abrumadora oscuridad.

—Se lo advertí a Yeon Jun, ahora duerme, estarás mejor con mamá —y Soo Bin no escuchó nada más, cayendo en una abrumadora oscuridad

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—¿Jung Woo ya salió de vacaciones? —preguntó Yeon Jun terminando de acomodar los papeles que había firmado para su hermano.

—Si, queríamos salir de vacaciones pero Beom Gyu tiene una presentación importante en unos días, después de eso tomará un descanso —dijo el menor relajandose en la silla frente a su hermano, por fin habían terminado y podrían retirarse cada uno a sus casas.

—Me parece bien, ¿quieren que nos juntemos en navidad entonces?

—Nos encantaría —Yeon Jun simplemente asintió con una sonrisa —Yeon, ¿puedo preguntarte algo?

—Sabes que si, ¿que sucede?

—Bueno... Sé que no querías tener hijos en un principio —el mayor le miró con seriedad— pero ahora te veo todo encantado con el bebe en camino y me preguntaba, ¿quisieras tener más?

Yeon Jun parpadeó incrédulo. Obviamente no había pensado nunca en traer más hijos, aunque ahora que lo mencionaba su hermano...

—Probablemente si, Binnie se mira precioso embarazado y creo que nuestro matrimonio progresó mucho más en estos meses —confesó— ¿y tu?

Tae Hyun se removió nervioso, acomodándose de mejor manera en la silla antes de hablar.

—Por eso te preguntaba, Huening Kai y yo llegamos en la conclusión de que quisiéramos tener más bebés, pero... Creo que Beom Gyu solo quiere a Jung Woo, no se mira entusiasmado con la idea de volverse a embarazar.

—¿Ya lo hablaron con él? —el menor negó cabizbajo, Yeon Jun bufó rodando los ojos— necesitan conversarlo con él, igual y tampoco lo a pensado, pero por eso están juntos, las cosas se tienen que discutir antes de llegar a conclusiones por uno mismo.

—Tienes razón Hyung —murmuró Tae Hyun con una sonrisa decaída— es solo que no queremos que se sienta presionado.

—Solo proponganselo, y si se niega esperen unos años más, Beom Gyu aún es joven, tal vez ahora no quiera pero en el futuro puede cambiar de parecer.

Ambos hermanos se sonrieron, desde que comenzaron a tener más responsabilidades y sus mentalidades fueron madurando, podían conversar de todo, encontrando un consejo o con quien simplemente desahogarse.

—Bien, será mejor que ya nos vayamos, quiero comprar una rebanada de pastel para Soo Bin antes de que la pastelería cierre.

—Aún no puedo creer que mi amargado hermano sea un consentidor.

Yeon Jun le empujó suavemente con una risita mientras se dirigían a la salida, estaban esperando el elevador cuando de este salieron su padre y su suegro.

—Miren nada más, apenas veníamos a charlar con ustedes —dijo Choi mayor mirando a sus dos hijos con orgullo.

—Buenas noches Papá, señor Kim —saludó Tae Hyun con una pequeña inclinación al igual que Yeon Jun.

—Buenas noches muchachos -el señor Kim sonreia a pesar del aura triste que lo envolvía.

—¿Se encuentra bien Señor Kim? —preguntó Yoongi preocupado.

—Lo mejor que puedo, quería hablar contigo, me gustaría que Soo Bin también lo supiera pero no quiero que la noticia lo preocupe tanto, después de todo esta en una etapa importante de su embarazo y no debe recibir sorpresas.

—Nosotros nos retiramos entonces, hijo, señor Kim, buenas noches —se despidieron los dos Choi antes de retirarse.

—¿Por qué no me cuenta en mi coche de camino a casa y le invito a cenar para que pase tiempo también con Soo Bin?

El mayor aceptó gustoso de pasar tiempo con su hijo y su yerno, necesitaba compañía después de esos días tan ajetreados al pedirle el divorcio a su mujer.

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MY MAN -YEONBINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora