Yeon Jun despertó cuando el sol que se filtraba por las cortinas impactó en su rostro. Con el entrecejo fruncido se dio la vuelta en la cama para abrazar a su esposo, encontrándose con las sábanas frías que le hicieron abrir por fin los ojos.
Giró de nuevo para ver el reloj en su mesita de noche y descubrir que eran las 8 de la mañana de un domingo, ninguno de los dos tenía trabajo y su pequeño Sung Hoon era igual de perezoso que su padre por las mañanas. Se levantó de la cama y miró la puerta del baño entreabierta, se dirigió en silencio y pudo observar a su esposo sentado en el retrete con la tapa abajo, se encontraba escondiendo su rostro entre sus manos con los codos reposando sobre sus rodillas.
—¿Cielo? —preguntó preocupado, acercándose hasta poner una de sus pálidas manos sobre el hombro ajeno.
Soo Bin levantó la cristalina mirada hacia Yeon Jun, su rostro estaba rojizo y sus párpados mas hinchados de lo normal. Había estado llorando en silencio desde quién sabe qué hora.
—Yeon... —murmuró limpiándose las traviesas lagrimas que escurrían por su rostro— lo siento, ¿te desperté?
—¿Qué pasa? —preguntó sin más, colocándose en cuclillas frente a él y tomando sus manos entre las suyas.
El sonido de una alarma interrumpió al doncel, quien solo tomo su celular para apagarla y llorar aún más intenso.
—Binnie, por Dios amor, dime que sucede —el mayor le abrazó con impotencia, ahora abrazándolo, el mencionado se apretó contra él, escondiendo su rostro en el cuello.
—Creo que estoy embarazado —murmuró.
Yeon Jun se tensó un momento antes de bufar con una sonrisa y besar la coronilla de su esposo.
—Mi amor, tal vez me estoy perdiendo de algo, ¿pero no es lo que hemos estado intentando desde hace meses? —preguntó, emocionándose con anticipación ante las suposiciones del rubio.
Era imposible evitarlo.
La idea de tener otro hijo había sido de Sung Hoon, quien había deseado un hermanito al momento de soplarle las velas a su pastel de cumpleaños número 6 y, sin poder contenerse, se lo contó a sus padres con entusiasmo, sintiéndose un poco envidioso por la relación de hermanos que tenían sus primitos. Jung Woo y Mi Joo eran niños muy encantadores y se cuidaban mutuamente.
Yeon Jun y Soo Bin se tomaron un tiempo en decidir tener un hijo más. El doncel había desarrollado un poco de temor a otro embarazo, estaba encantado con su bebé, pero su matriz había quedado un poco maltratada por el complicado embarazo y los miomas (que ya habían desaparecido gracias al tratamiento que su ginecólogo le había dado), por lo que uno más podría complicarse de nuevo.
Ambos fueron a consultar con el Doctor Kim, se hicieron estudios, conversaron con la terapeuta y al final, los dos charlaron una noche en su cama, abrazados y llenándose de caricias; fue entonces que decidieron por fin intentar tener otro bebé.
Algo que se había estado complicando durante los últimos 7 meses, pues aún con tratamiento, Soo Bin no lograba encontrarse en espera, trayendo consigo las inseguridades que con tanto esfuerzo había superado, lo que llevó a Yeon Jun a obligarlo parar con el tratamiento, pues no quería que su esposo volviera a pasar por lo mismo de hace años.
Aunque la esperanza seguía intacta.
—Las pruebas, Hyung... —susurró el menor una vez se pudo calmar— me hice dos, la alarma ya sonó.
Yeon Jun acarició su espalda y besó sus mejillas antes de separase y mirar las dos pruebas digitales que reposaban sobre su respectiva cajita encima del lavamanos.
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MY MAN -YEONBIN
FanfictionYeon Jun y Soo Bin cumplían cinco años juntos, años en los que su amor iba creciendo y su sexualidad se encontraba en el grado más alto del termómetro. Los treinta le habían caído de lo mejor al mayor, y es que cada año Soo Bin veía a su esposo más...